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Las llamadas que develaron el crimen contra Angy Castilla

Días antes del crimen, Angy Castilla se había recién graduado de bachiller en un instituto de Valledupar. FOTO: SUMINISTRADA

Un sobrino fue quien dio la mala noticia a la familia: a Angy Paola Castilla Olivero la asesinaron y su cadáver estaba en fotografías que rápidamente se propagaron en redes sociales.

Su cuerpo tenía dos impactos de bala en la cabeza y estaba a metros de la Penitenciaría de Máxima y Mediana Seguridad, conocida como ‘La Tramacúa’, ubicada a las afueras de la ciudad.

¿Qué pasó? Ese fue el interrogante que la familia Castilla Olivares en cuestión de horas supo responder, por algo fundamental: unas llamadas, esas que en repetidas oportunidades sostuvieron con el confeso determinador identificado como Francisco Javier Ravelo Correa, excompañero sentimental de la mujer y quien cerca de las 12:30 del mediodía del 20 de junio la sacó de su casa, localizada en el barrio Panamá Tercera Etapa, para llevársela en el taxi en que trabajaba.

PRIMERAS CONVERSACIONES

Ese día inició el martirio. A eso de las 2:30 p.m., Mileydis Olivero llama a su hija y no contesta, inmediatamente marca a Francisco y este dice que la dejó en el barrio haciendo una actividad. En la segunda llamada, a las 7:30 p.m., este cambia el discurso y expresa que ambos se fueron para San Juan del Cesar, sitio del que luego manifestó que ella se había ido con otro hombre en una camioneta.

Pasadas más de 10 conversaciones telefónicas, entre el 20 y la mañana del 21 de junio cuestionando el paradero de la víctima, sorpresivamente Ravelo Correa comunicó a los padres de Angy que ella se había ido con otro hombre, “quien le dijo que si ella no era para él no era para nadie”.

La versión no convenció y ante las insistentes llamadas Ravelo cambió la teoría para tranquilizar a la familia: anunció que Angy estaba en casa de su exsuegra.

EL DÍA ANTES

Un testigo reveló a la Fiscalía que el 19 de junio, a eso de las 4:00 p.m., Francisco Ravelo llegó a la base de taxis satelital con la que trabajaba anunciándo a sus compañeros que su madre había muerto y necesitaba recolectar dinero, situación en la que tuvo éxito. El día siguiente solicitó a la empresa permiso para entregar tarifa más tarde de la hora pactada.

“El vehículo conducido por Francisco Javier salió del perímetro urbano, seguido por el GPS con el que cuentan todos los taxis de esa empresa. El que monitorea los GPS del vehículo informó que sí salió como a las 16:38 horas vía a La Mesa”, dijo el fiscal en audiencia, sobre lo que narró un testigo.

“LE TENÍA MIEDO”

Mileydis Olivero Ovalle manifestó que su hija le tenía miedo a su expareja, porque siempre peleaba con él porque le pegaba y según tenían conocimiento era un desmovilizado.

“Él me la amenazaba mucho, la seguía, me la absorbía demasiado. Ella le dijo que no quería vivir con él, pero paraba obsesionado con ella, pese a que le dijo que no lo quería más, porque la maltrataba y le pegaba”, contó.
Según una entrevista realizada por la Fiscalía a una conocida, la pareja acostumbraba a dormir en la casa de la mamá de Ravelo, pero desde el 17 de junio no los habían vuelto a ver por allá.

Tenían dos hijos mellizos con custodia compartida: Angy Castilla estaba a cargo de la niña y Francisco Ravelo del niño.

UN VIDEO

La Fiscalía develó que Angy Paola Castilla había denunciado a Francisco Javier Ravelo porque la chantajeó con publicar videos íntimos de ambos.
“Una denuncia interpuesta por la víctima manifiesta constantes amenazas con publicarlos en Facebook y demás. Sí los publicó, pero nunca dijo que era él el del video, sino ella con otra persona”, dijo el fiscal.

TENÍA UNA SENTENCIA

Francisco Javier Ravelo Correa, según la Fiscalía, tenía vigente una sentencia en su contra por extorsión y fabricación, tráfico o porte de arma de fuego. Además tenía otros antecedentes por extorsión, porte de armas de fuego de uso privativo de las fuerzas militares y utilización ilegal de uniforme e insignias.

“TENÍA OTRA PAREJA”

“Ella tenía otra pareja que me amenazaba y decía que si no era para él no era para mí. Celoso sí era porque si se tiene un pareja usted quiere que solamente sea para usted”, dijo Rafael Ravelo antes de aceptar en audiencias preliminares su responsabilidad por el delito de feminicidio agravado y porte de arma agravado.

Agregó que supuestamente él ordenó a otra persona matarla, teoría que no ha sido corroborada.

“Creo que como cada quien cometemos errores. Vengo a dar la cara, cometí un error, lo pago y le pido a Dios que me perdone por lo cometido. Habíamos tenido problemas antes, más antes el asesinado habría sido yo, porque más antes ella me había mandado a asesinar a mí, entonces a raíz de esto yo cometí el error este, ahora me tocó”, narró.

Por Marllelys Salinas M./ EL PILÓN
marllelys.salinas@elpilon.com.co

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