No podemos sustraernos del tema que en estos momentos acapara toda la atención de los distintos medios de comunicación: los polémicos episodios del gobierno de Petro.
Ante tantas versiones, unas a favor y otras en contra del Gobierno, lo único cierto es que hasta el momento no se conoce con certeza la verdad absoluta de todo lo que ha pasado sobre lo acontecido con unos dineros que se perdieron en la casa de Laura Sarabia, quien fungía como jefe de gabinete del Palacio de Nariño y persona de suma confianza del Presidente, cuya residencia estaba bajo la seguridad de su empleada doméstica Marelbys Meza Buelvas y por ello se convirtió en principal sospechosa de tal pérdida, hasta el punto de ser sometida de manera ilegal a la prueba de un detector de mentiras (polígrafo).
Pero todo eso comenzó a ventilarse ante la opinión pública debido al rifirrafe entre la Sarabia y el ahora exembajador de Venezuela, Armando Benedetti, la persona que sería la responsable de hacer posible que eso trascendiera a los medios de comunicación.
Ese primer hecho resultó ser “la punta del Iceberg”, porque a partir de ahí se destaparon muchas situaciones demasiadas incómodas para el presidente Petro.
Son muchos los hechos que se han desencadenado, lo primero fue la salida de sus cargos tanto de la jefe de gabinete como la del embajador, es decir, “se hundieron ambos”, como dijo un medio de comunicación.
Comenzaron a conocerse comprometedores audios de Benedetti sobre supuestas irregularidades cometidas durante la campaña presidencial de Gustavo Petro y que están relacionados con la financiación de la misma.
La cosa se disparó y subió de tono e inmediatamente la Fiscalía General de la Nación abrió investigación contra los implicados en el asunto y también intervino la Procuraduría General de la Nación.
Otra consecuencia de estas intrigas de poder fue que este lunes el presidente de la Cámara de Representantes, David Racero, suspendió los tramites de las reformas sociales que se llevaban a cabo en esa corporación, tras considerar que los “factores externos” podrían afectar la discusión de los proyectos más importantes que ha emprendido el presidente Gustavo Petro.
Otra más, el excandidato presidencial Federico Gutiérrez pidió la renuncia del presidente Petro, porque, según él, fue elegido de manera ilegítima.
También el fiscal general Francisco Barbosa afirmó que en Colombia volvieron las “chuzadas telefónicas” o interceptaciones ilegales. “Yo sabía que Laura Chuzaba”, dijo al respecto el exembajador Benedetti.
Frente a todo a esto, en estos momentos en la opinión pública hay un mundo de expectativas e incertidumbres sobre el desenlace que podría tener este entramado del poder en Colombia, donde, por un lado, la oposición aprovecha el vendaval para atizar el fogón y, por otra parte, los defensores del gobierno tratan de minimizar los hechos y esperar que las investigaciones avancen para que las aguas se amansen y retornen a su cauce natural.
Sea cual fuere la verdad del asunto, lo que no podemos olvidar los colombianos es que primero están los intereses del país, el Estado Social de Derechos que permiten nuestra democracia y las instituciones, ese es el único bando en el que todos debemos estar, independiente de los nombres que dirigen o dirijan el gobierno.