Las medidas restrictivas para la contención de la pandemia, como los confinamientos, los toques de queda, las prohibiciones de ingesta de bebidas alcohólicas, las medidas de pico y cédula, entre otras, han afectado seriamente la economía y el mercado laboral.
Lo desventajoso de las restricciones mencionadas en escenarios de pandemia radica en que, a largo plazo, tales medidas resultan inconvenientes como estrategia efectiva para contrarrestar el virus.
De hecho, muestra de lo anterior es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha conminado a dejar de usar los confinamientos como el principal método de contención del virus, pues esta medida solo sirve para ralentizar o ganar tiempo frente al número de contagios, pero no se convierte en un mecanismo efectivo de contención a largo plazo, máxime, si la población confinada padece necesidades económicas y de alimentación que debe atender: hay muchos hogares pasando hambre.
Al ser las medidas de confinamiento contraproducentes para la economía y no generar ventajas a largo plazo frente al manejo de la pandemia, tales restricciones deberían ser cada vez menos usadas, esto desde luego, a medida que se fortalezca un verdadero programa de vacunación intensiva que permita inocular a la población en forma eficiente, oportuna y con garantías.
El desempleo constituye uno de los mayores retos en materia laboral, social y económica en medio del escenario de crisis agravado por la pandemia.
Seguir forzando la economía con medidas restrictivas que no aportan soluciones estructurales frente a la contención del virus termina agudizando aún más la insatisfacción de necesidades básicas y la falta de oportunidades en un mercado laboral débil y con serios problemas para recuperarse.
La vacunación es el único instrumento científico y efectivo para la contención del virus y será una herramienta valiosa para la reactivación económica. Por su parte, las medidas restrictivas dejaron de ser instrumentos valiosos frente a la contención de la pandemia y generan más perjuicios que beneficios en materia laboral, económica y de salud, sobre todo de salud mental.