X

Las elecciones regionales, la siguiente puja

Después de 60 días en el poder, las fuerzas políticas que llevaron a Gustavo Petro a la presidencia se mueven estratégicamente por todo el país en busca de conformar alianzas que les permitan acceder a los espacios territoriales que hoy están en manos de las mismas estructuras de siempre o lo que comúnmente conocemos como “barones electorales” o “gamonales políticos”, que no son más que familias que, a través de los años, han sabido ubicarse estratégicamente en la mayoría de las entidades estatales o de control para acceder al presupuesto y así mantener vigente su poder político.

Las condiciones esta vez serán muy especiales puesto que la puja por controlar la mayor cantidad de gobernaciones y alcaldías será con el acelerador a fondo, pues el escenario del 2019 versus 2023 tendrá como ingrediente principal un gobierno progresista que buscará agitar y promover los liderazgos políticos desde las bases populares, organizaciones afros e indígenas, sindicatos, comunidades minoritarias como las mujeres y los grupos LGBTIQ+ entre otras muchas manifestaciones democráticas que sienten en esta oportunidad que les llegó la hora de participar abiertamente en sus territorios y acceder al poder local y regional. 

Sin embargo, a pesar del mapa político que dejó el proceso electoral de octubre de 2019, lo sucedido en marzo de 2022 con la elección del nuevo Congreso de la República, el cual mostró un enorme rechazo de los ciudadanos a las fuerzas políticas de antaño, y posteriormente los resultados de junio de este mismo año con la elección de un presidente de izquierda, podría ser el detonante para que en algunas o en la mayoría de las regiones, controladas aún por las fuerzas descritas anteriormente, se convierta en oportunidad para que otras fuerzas armen movimientos de “Tocon” (todos contra..) y para el caso de Valledupar y el Cesar esta tendencia no será la excepción.

Pero hay una realidad que no se puede desconocer y es el gran poder que mantienen los clanes regionales que han controlado el presupuesto departamental y municipal como si fuese una parcela, a través de cuantiosos recursos desviados vía contratistas los cuales muy seguramente continuarán con lo que han venido haciendo en los últimos 20 años, es decir, financiar a los candidatos que en alianza surjan de los dos clanes que a pesar de sus fisuras no les queda otra opción que volverse a unir para defender uno su gobernación y el otro tratar de pelearle la alcaldía o irse en competencia y perder las dos.

Lo que se respira en el ambiente y se conversa en los círculos privados, es que la mayoría de las fuerzas políticas que hoy comparten poder nacional se unirán para pelearle tanto la gobernación como la alcaldía de Valledupar a los mencionados clanes pues es innegable el desgaste que han tenido si se tienen  en cuenta los pésimos indicadores de gestión de sus mandatarios elegidos en el pasado y presente, que tienen tanto al departamento como a la capital con los peores niveles de atraso, subdesarrollo, ausencia de infraestructura básica, múltiples escándalos de corrupción, y lo peor, es que las fuerzas opositoras tendrán munición de sobra para hacer la campaña en su contra. 

El problema es que las elecciones regionales tienen su propia dinámica, pues las alianzas obtenidas en el Congreso para acompañar los proyectos claves del gobierno como la reforma tributaria, la reforma a la salud, la reforma política y el plan de desarrollo podrían tener efectos en lo regional pues el Partido Conservador, el Partido de la U y el mismo Cambio Radical que se convirtió en partido independiente reclamarán como precio a su apoyo al gobierno que se les respete sus espacios en la región

Los partidos alternativos no tienen ninguna posibilidad de enfrentar por sí solos a las actuales estructuras que tienen muchísimo dinero en sus arcas para enfrentar por la vía del dinero y de las clientelas políticas a cualquier fuerza que surja en su contra, pero si saben leer el actual momento del departamento y de Valledupar, una tercería con una campaña diferente, buscando el mayor número de apoyos, haciendo consensos y bien estructurada podría dar la sorpresa, lo difícil es que se pongan de acuerdo cuando todos quieren ser gobernadores y alcaldes.

Categories: Columnista
Eloy Gutiérrez Anaya: