El Plan Colombia Siembra busca aumentar, en los próximos tres años, un millón de hectáreas el área sembrada, llegando así a los ocho millones. Incremento que espera contribuir con la seguridad alimentaria nacional; agregar por lo menos un producto más a la canasta exportadora del país – café, flores y banano- y lograr que el agro aporte 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB), casi el doble del 2,3% actual.
Sacar adelante este plan exige compromiso y coordinación, para tomar decisiones bien informadas frente a retos como el presente Fenómeno de El Niño, que pasó de moderado a fuerte, y cuyos efectos pueden ser severos a comienzos de 2016 para los principales cultivos y zonas productivas del país.
Investigadores del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) prevén que el actual Fenómeno de El Niño puede acercarse al registrado en 1997, cuando produjo daños que alcanzaron el 1% del PIB, unos 564 millones de dólares (CEPAL, 1999). También pronostican que el período de lluvias que comenzó en octubre pasado no traerá suficiente agua para suplir la resequedad que ya tienen los suelos y recargar las fuentes, para afrontar el verano intenso del primer semestre de 2016. Amenazando así la productividad del agro y la seguridad alimentaria del país.
No todo es pérdida. La anterior y presente administración del Presidente Santos ha dado continuidad a un esfuerzo que reúne Gobierno Nacional, centros de investigación, ONG y asociaciones de agricultores de las cadenas productivas de caña de azúcar, maíz, fríjol, arroz, papa, frutales y palma de aceite.
Es el convenio entre el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y el CIAT, que busca que el agro colombiano mejore su capacidad de respuesta ante fenómenos climáticos, disminuyendo pérdidas y aumentando productividad y competitividad, y promoviendo un uso más eficiente de los recursos naturales.
Entre los logros de este convenio, está la identificación de tecnologías para producir arroz con menos agua, papa con menos fertilizante y carne con menos emisiones de gases de efecto invernadero, manteniendo o superando los actuales niveles de productividad.
También se identificaron los factores más limitantes para la producción de arroz, maíz y fríjol. Se evaluaron más de 200 variedades de arroz, maíz, fríjol y yuca. Hoy se conoce su comportamiento en extrema sequía o exceso de lluvia.
Así mismo, se generan boletines agroclimáticos mensuales que ofrecen datos sobre las condiciones del clima de los próximos seis meses en Córdoba, Meta, Tolima, Huila, Casanare, Valle, Santander y Cauca, con información fiable sobre cuándo sembrar, qué variedad elegir y la densidad de siembra más adecuada.
La efectividad de estos pronósticos agroclimáticos para la toma de decisiones, se demostró cuando, en equipo con la Federación de productores de arroz (Fedearroz), se evitaron grandes pérdidas económicas a 170 productores en Montería, Córdoba. Se evitó la pérdida de 1.800 hectáreas, gracias a que los agricultores siguieron una recomendación: cambiar la fecha de siembra.
Basado en estos logros, invito a los productores a aprovechar el boletín agroclimático, para tomar decisiones. A las corporaciones autónomas regionales y entes territoriales, para intensificar la protección y manejo sostenible de cuencas hidrográficas y suelos. A todos los colombianos para utilizar mejor el agua en todo sentido. Y al Presidente Santos para seguir contando con su apoyo, que garantice la continuidad de este convenio que contribuye a tener un sector agropecuario resiliente para el nuevo país que construimos.