El alcalde Mello Castro en su informe de Rendición de cuentas 2021 (que también fue de nuevos proyectos), con espíritu bolivariano, mostró una revista de imágenes de las obras que concentró la mirada del público en las pantallas audiovisuales del auditorio.
Destacó la creación de la Secretaría de Desarrollo Económico, Turismo y Medio Ambiente como un instrumento para contrarrestar el desempleo, dijo haber cumplido con 8.200 empleos de los 10.000 que prometió. Sin embargo, los datos de desempleo del DANE siguen siendo críticos.
El alcalde mencionó la intervención del centro histórico; el proyecto de pavimentación de 12 kilómetros de calles, por 20.888 millones; $1.200 millones en infraestructura educativa de seis colegios para beneficiar a 10.000 estudiantes, poca inversión pero gran impacto; y a partir de la proyectada Plaza de Ventas por $ 54.000 millones, antigua galería inconclusa, obras en el suroriente de la ciudad: la Policía Metropolitana, $ 75.000 millones, la nueva vía Valledupar- La Paz de $80.000 millones, al igual que la Villa Bolivariana de una inversión similar, lugar donde se construirá también un Centro Administrativo municipal de $ 18.000 millones; adecuación de la sala de urgencias del Hospital Eduardo Arredondo Daza, sede San Martín, con $4.800 millones y la construcción del Centro de Bienestar Animal. Algunos son proyectos nacionales en el territorio, otros son proyectos por ejecutar y algunos tienen mayor aporte privado como la Villa habitacional.
También la construcción de 8 parques, de la plaza cultural del barrio Villa Miriam, del puente de Villa Taxi, la optimización del acueducto regional y el de Patillal. La sede del cuerpo de bomberos municipal de 1.400 millones, y el colector de alcantarillado pluvial en el norte, por $55.000 millones, de MinVivienda, próximo a iniciar, pero cuyo impacto es evitar inundaciones en el sur.
Hubo temas que no abordó el alcalde, con la profundidad con que debió hacerlo, y de los que se esperaban respuestas. Ahondar en la seguridad ciudadana, en los aspectos del tráfico, pues se limitó a hacer llamado al comandante de la policía y a representar el mayor pie de fuerza derivado del próximo funcionamiento de la sede de la Metropolitana, y la alusión a un proyecto de acuerdo para modernizar e incorporar tecnología a la circulación vial, que complementaría el sistema de los buses del Siva, que anunció empezarán a llegar para los Bolivarianos.
En lo ambiental solo tocó lo de las basuras en que hizo un llamado a la ciudadanía para que colabore más pues el trabajo de Aseo del Norte es recoger y recoger mientras la gente bota y bota. Es evidente la carencia de una política de cultura ciudadana pero no hubo manifestación de cómo se podía trabajar en ella. No se refirió a la escombrera, al asunto siempre presente del río, aunque refirió al proyecto que por $12.000 millones, continuaría lo ya construido en el parque de La Provincia. No es sino la remodelación de las áreas del balneario Hurtado que se ven deterioradas y viejas frente a aquel bello parque, aunque lo llame El Ecoparque, que es de otra dimensión, de 7 kilómetros de parque lineal concebido por Findeter, bordeando el río desde Hurtado hasta el Tarullal.
Una cosa son las cuentas del alcalde (entre otro poco énfasis hizo en la real mejora de las cuentas fiscales y del recaudo) pero otra es la percepción de amplios sectores de opinión de su administración, sin desconocer que le tocó bailar con la más fea: el coronavirus. La inseguridad, la apariencia deteriorada de la ciudad, el denso tráfico, la informalidad y la sensación de desorden, la incertidumbre con servicios de responsabilidad municipal como Emdupar o el alumbrado público, son aspectos cruciales que aún quedan en la cuenta de cobro de la ciudadanía.