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LAS CINCO LOCOMOTORAS

Por: Amylkar D. Acosta

Definitivamente, la mayor apuesta del próximo gobierno presidido por el ex ministro Juan Manuel Santos será por elevar el ritmo de crecimiento de la economía hasta alcanzar niveles superiores al 5.5% y, lo que es más importante, garantizar su sostenibilidad. De ello dependerá en gran medida alcanzar la meta de bajar la tasa de desempleo a un solo dígito, por debajo del 9% en 2014 y del 6% en 2020. Nos ha sorprendido gratamente el Ministro de Hacienda que ha designado, Juan Carlos Echeverry, con su categórica afirmación en el sentido de que “los economistas siempre pensamos que cambiando una tasa de parafiscales y entonces todos estas actividades van al otro día a formalizarse. Yo ya he dejado de creer en eso. Creo que el neoliberalismo ha muerto”.
Se prevé, en cambio, combinar  la cuestionada deducción del impuesto de renta sobre nuevas inversiones en activos con la deducción  sobre el incremento de la nómina de trabajadores formales, como lo recomiendan los ex ministros de Hacienda Botero y Cavallo.
También dependerán del ritmo de crecimiento los ingresos fiscales que perciba el gobierno; si tales expectativas de crecimiento no se cumplen se complica el panorama fiscal ya de por sí preocupante. El ex ministro de Hacienda Guillermo Perry sostiene que “el crecimiento pasado no resolvió el problema fiscal”, pero olvida él que la razón de ello fue la proliferación de gabelas decretadas a favor del gran capital, cuyo monto sobrepasó los $26 billones entre 2003 y 2008; en el sólo 2009 le significaron al fisco $8 billones. Entonces, no hay que buscar el ahogado aguas arriba que por allá no se va a encontrar.
Para impulsar la economía la administración Santos se apoyará en lo que en su programa se catalogan como los cinco sectores locomotoras, son ellos la infraestructura, el agro, la vivienda, la innovación y la minería, en su orden. Es bien sabido que Colombia tiene un enorme rezago en materia de infraestructura (dobles y triples calzadas, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, navegabilidad de los ríos y comunicaciones), de modo que con la inversión en esta se matan dos pájaros con un solo tiro: se dinamiza el crecimiento de la economía, la cual apareja una gran generación de empleo, al tiempo que se subsana este cuello de botella para avanzar en productividad y por ende en competitividad.  La Agenda Interna para la Productividad y la Competitividad (AIPC) de la cual ya se dispone es el reto que deberá enfrentar sobre todo el nuevo Ministro de Transporte ya designado Germán Cardona.
En cuanto al sector agrícola el reto es aún mayor, habida cuenta de su prolongado estancamiento; según las cifras que acaba de revelar el DANE, no obstante que el PIB en su conjunto muestra un alentador repunte en el I trimestre de este año, con un crecimiento del 4.4%, especialmente jalonado por el crecimiento de la construcción (15.9%) y la minería (13.2%), el único sector que tuvo crecimiento negativo (-1.3%) fue la alicaída agricultura.
La agroenergía vinculada al desarrollo de los biocombustibles, junto con la producción de alimentos a gran escala, está llamada a reconvertir y dinamizar este sector hacia el futuro, para lo cual es fundamental contar con el apoyo del Estado. El ejemplo de Brasil es paradigmático y digno de imitar: al tiempo que es la principal potencia exportadora de etanol es también uno de los principales graneros del mundo. Para lograrlo es preciso realizar una reforma agraria además de profunda integral, la cual debe pasar por la devolución de más de 5 millones de hectáreas que le fueron usurpadas a sus legítimos propietarios, como lo propone Pardo como parte de la reparación de las víctimas de la violencia y la extinción de dominio y confiscación de aquellas que han estado o estén en manos de corruptos y narcotraficantes, como lo plantea Petro. Esta será una verdadera prueba de fuego para la administración Santos en la que se habrá de jugar todo su prestigio.
Hablando de vivienda, según los datos de CAMACOL hacen falta 1’500.000 unidades y se requiere mejorar otras 3’500.000. Construyendo entre 200 mil y 300 mil soluciones de vivienda se aspira además a generar 600 mil empleos directos anualmente, aproximadamente. Ya explicamos anteriormente lo importante que es la inversión en ciencia, tecnología e innovación (C + T + I), en lo cual estamos tan crudos, para la competitividad, requisito este sine qua non para la inserción exitosa de nuestra economía en la economía global. Ojalá que la C + T + I tenga mejor suerte en el gobierno de Santos que la que tuvo en los 8 largos años de Uribe.
Respecto al sector minero, lo único que tiene que hacer el gobierno entrante es velar por que el nuevo auge de la minería se dé en condiciones de seguridad y sostenibilidad ambiental, el sector privado se encargará del resto. Este es un sector que como ya lo vimos es muy atractivo para la inversión extranjera, dado el gran dinamismo del mercado de productos básicos; por ello, compartimos la idea esbozada por Santos de empezar por este sector el desmonte de las tan criticadas gabelas al gran capital, pues no las requieren; mantenerlas sería tanto como botar pólvora en gallinazos.

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