Aunque a diario se habla de reciclar, aún falta exactitud sobre esta actividad, una de las políticas predilectas para disminuir los efectos del cambio climático. En palabras llanas, reciclar es darle una nueva vida a lo que ya se usó y evitar el gasto de nuevos recursos naturales.
Empezando por la reducción en el consumo de energía en la producción de nuevas materias primas, depositar los productos en la caneca indicada contribuye al medio ambiente más de lo que se presume. Pero la cultura de separar los productos es muy poca o inexistente en Valledupar.
“Reciclar es una necesidad que pide a gritos el planeta”, declaró secretario de Medio Ambiente del Cesar, Andrés Arturo Fernández. Sin embargo, de los consultados en la calle para realizar esta nota, todos reconocieron no preocuparse por tirar los productos en la canasta seleccionada, “solo tirar la basura en la caneca”. “Lo más práctico es arrojar y que otro limpie. ¡Lo más fácil es echar todo a la misma caneca y ya! No hay conciencia ni sentido de pertenencia por nuestra ciudad”, señaló Carolina Vargas de la Escuela Ambiental de Valledupar.
Pero el problema no es solo en Valledupar. Las cifras a nivel nacional señalan que de las 12 millones de toneladas de basura que se generan por año en Colombia solo se recicla el 17 %. El 83 % termina en los basureros, algunos en crisis, principalmente en las capitales del país.
LAS COSAS DONDE VAN
En los puntos ecológicos inicia el proceso de reciclaje. La disposición de las basuras en recipientes de diferentes colores tiene el propósito de dividir el tipo de producto desechado. Aunque en la capital del Cesar hay un déficit de estos, es importante separarlos para poder garantizar su retorno a la cadena productiva.
En el caso de Valledupar se manejan tres colores: azul, verde y gris. En este último se dispone el cartón, papel usado, revistas, papel periódico y las cajas de cartón, mientras que en el azul se dispone el plástico. Sin embargo, en las normas internacionales en el contenedor azul va el cartón. Un claro ejemplo del impacto del reciclaje casero es el hecho de que bastan seis cartones de leche reciclados para fabricar un rollo de papel higiénico.
En el caso local son las canecas grises las que reciben el cartón y a nivel internacional las azules. En ambas, lo recomendable es no arrojar servilletas usadas, cartones manchados de aceite de comida o pañales porque afectan el proceso de retorno. Pero con el cartón y los productos que no son de único uso, antes de reciclar, los ambientalistas llaman a reutilizar, una de las tres ‘R’ para la sostenibilidad: Reutilizar, Reciclar y Reducir.
Mirando la situación desde las cifras, ¿por qué es importante reciclar el cartón? En Valledupar las empresas recicladoras pagan por una tonelada de cartón $220.000. En caso de reutilizarse esa tonelada, se ahorrarían alrededor 50.000 litros de agua y 140 litros de petróleo necesarios para su producción. El beneficio sube si a eso se le suma que es un peso menos para los vertederos de basura.
Gracias a esa tonelada reciclada que luego irá a un proceso de separación, centrifugado y triturado, se salvan de ser talados unos 17 árboles. Solo en Colombia se producen alrededor de 1,2 millones de toneladas de papel y cartón al año, aseguró la Asociación Nacional de Industriales, Andi.
“Reciclando ganamos el cuidado del medio ambiente, cultura del reciclaje, una ciudad con menos basura, reactivación de la economía en materia de aprovechamiento, dignificación de los recicladores. Para Valledupar específicamente: menos contaminación de uno de sus patrimonios, el río Guatapurí”, aseguró Yahír Cano, director comercial de Interaseo.
LA LARGA VIDA DEL PLÁSTICO
Datos indican que en Colombia se consumen 24 kilos de plástico por persona al año. Es el material más usado por su variedad: botellas de agua, gaseosas, bolsas, entre otros. Por eso, es considerado como uno de los elementos que mayor amenaza la sostenibilidad de los océanos y los basureros.
Y es que los cálculos señalan que el 56 % de la basura que se produce es plástico de uso único como pitillos, cubiertos, tapas de refresco o envases de jugo. Aunque en la reforma tributaria se incluyó el cobro de 20 pesos por cada bolsa plástica para llevar los productos que compre en un supermercado, impuesto que busca desincentivar el uso de bolsas plásticas, la solución pasa por reciclar: llevar de nuevo la bolsa. De allí que varias multinacionales de comercio le apuesten a la utilización de bolsas reciclables.
Porque desde el supermercado hasta la casa la bolsa puede ser utilizada entre 20 y 30 minutos, pero su proceso de degradación puede durar hasta entre 15 a 1,000 años, según los expertos. En el caso de Valledupar, en los puntos ecológicos en las canecas azules se arrojan las bolsas plásticas y envases no retornables. Pero la mayoría de esas bolsas terminan en los botaderos porque a nivel mundial solo se recicla el 1 % de las bolsas de plástico.
El kilo de botellas plásticas se paga a $800 pesos en Valledupar. Por cada 80 latas de refresco que se reciclan y se reutilizan, por ejemplo, se puede producir una llanta de bicicleta. “El reciclaje retorna las materias primas al ciclo productivo y se disminuye la extracción de recursos naturales: economía circular, ejemplo: si reciclamos el plástico, estamos evitando que se extraiga una mayor cantidad de hidrocarburos, lo mismo los metales pesados, como mercurio y plomo”, sustentó el ambientalista Luis Maestre.
EL PODER DEL VIDRIO
El 30 % de los residuos producidos en Colombia está compuesto por materiales con potencial de aprovechamiento como papel, cartón, metal, vidrio, textiles o plástico. Es así que según el Ministerio de Ambiente el manejo inadecuado que se está dando a estos residuos y a los productos está causando presión sobre la capacidad de los rellenos sanitarios y desperdiciando materia prima y energía.
En el caso del vidrio, es un material que se puede reutilizar gracias a un proceso de lavado de desechos o a través de su fundición. Es por eso que puede ser reciclado una y otra vez al 100 %.
El problema con el vidrio es su separación y la costumbre de las personas para reciclar. En el caso de los tres colores utilizados en los recicladores de Valledupar, el vidrio se dispone en el pote azul. En la norma internacional de cuatro colores, el vidrio va en el verde: desde frascos de cosméticos, gaseosas, entre otros. No obstante, no es recomendable depositar bombillas, tubos fluorescentes, restos de vajillas o cristales rotos, sobre todo por protección con el reciclador.
“Yo llegué a España en el año 2006, nunca había reciclado. Generalmente en la bolsa de basura de un “extranjero” va de todo. Poco a poco fui adentrándome en la cultura española, fui aprendiendo a clasificar la “basura”: vidrio, orgánico, cartón, latas, baterías, aceites, medicamentos… poco a poco aprendía sobre la importancia de reciclar, además por la tele, por la radio, por internet te recordaban la importancia de reciclar…todos hablábamos el mismo idioma”, narró Luis Maestre.
La experiencia de Luis Maestre demuestra que el reciclaje es cuestión de enseñanza y costumbre, además del valor que tiene lo que se considera basura, reutilizarlo ahorra recursos naturales necesarios para la sostenibilidad de la tierra.
Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
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