En las páginas Judiciales registramos con pesar las muertes de motociclistas, no solo en el área urbana de los municipios, sino en las carreteras del departamento del Cesar. Esta forma de morir se ha vuelto viral, para hablar en términos tecnológicos. Los registros de las autoridades de tránsito dan cuenta de múltiples accidentes en los que intervienen motocicletas.
Casualmente los columnistas Alberto Herazo y Aquilino Cotes abordan ese tema hoy en sus respectivas opiniones y piden mayor acción de parte de la Secretaría de Tránsito de Valledupar. No es un tema fácil, porque las estrategias que se consolidan y ejecutan para evitar los accidentes y organizar el tránsito de las motos no son suficientes.
El panorama nacional tampoco es prometedor. Hace algunos días el ministro de Transporte, Jorge Rojas, en un debate en el Congreso de la República se refirió a la gravedad del tema y contó que para el 2017 tienen planeada “una campaña multiplataforma de educación vial para reducir en un 3 % la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito”.
La revista Semana publicó un informe el 22 de octubre, titulado ‘El caos de las motos no da espera’. Si fuera por las cifras, ya se debería estar trabajando en un plan de choque para disminuir los accidentes en motocicletas, que en su mayoría ocurren por imprudencia de los conductores.
Es aterrador el número de muertos por culpa de los accidentes de motos. “28.000 motociclistas murieron entre 2000 y 2014 en accidentes de tránsito, y, según las últimos reportes, en ocho de cada diez de los que ocurren en las diferentes vías del país hay involucrado uno de esos vehículos”, asegura la publicación. Pero aún más preocupante: “Solo en 2015 murieron 3.270 motociclistas y hubo 25.226 lesionados, una cifra muy alta, si se tiene en cuenta que en 2001 ese número solo ascendió a 1.356. Según Medicina Legal, los siniestros viales son la segunda causa de muerte violenta en Colombia”.
En Valledupar el tráfico vehicular es un caos, las motocicletas no respetan las señales de tránsito, conducen por vías que están prohibidas –incluso por los andenes-, en contravía, que sumado a otras imprudencias de carros y peatones, provocan accidentes. No es que se rechace la motociclista, lo que se espera y se pide es que sean buenos ciudadanos los que conducen las motocicletas.
Está claro que la moto dejó de ser un artículo suntuoso o de hobby, el Dane fue muy puntual cuando dijo que en el año 2013, uno de cada cuatro hogares tenía una moto, tal como lo confirma el Runt, al revelar que a julio de este año las motos suman siete millones 223 mil 288 unidades, es decir, el 53 por ciento de todo el parque automotor del país.
Se puede trabajar en más educación, más campañas, no hay que desistir, para evitar más accidentes, muertes y más congestión vehicular.