Había una vez una niña llamada Gatti le encantaba ir de aventuras con su perro Rilo. Un día, Gatti emprendió una aventura a otro mundo llamado el mundo misterioso el cual mandaba un rey muy pero muy malo llamado el rey Setal. Ella se tele transportó por una máquina, la cual servía para tele transportarse a otro mundo, su tatarabuelo había creado esta máquina ya que él también era aventurero.
Gatti emprendió viaje a ese mundo y llegó a un bosque perdido que no tenía fin, según los pobladores cuentan que en ese lugar vivía una malvada hechicera que era capaz de desaparecer a las personas que llegaran a su castillo o pisaran el bosque.
Gatti, valiente pasa el bosque gracias a una brújula mágica que no detecta sonidos de personas, que es capaz de tapar los oídos y el olfato de seres misteriosos. La brújula estaba escondida en una parte de su mochila, Gatti se enteró que el rey mando a castigar todo que era aventurero. El castigo se trataba de matar a esa persona para que no regresara más a su mundo ni en sueños; para poder no tener este castigo tendrían que luchar con una bestia de 3 cabezas grandes que se encontraba en un calabozo muy lejos de ahí.
Gatti asustada se escondió en una cueva lejana en la cual creía que no la iban a encontrar, y al pasar los días la encontraron y el rey reunió a toda la población ya que habían encontrado a una aventurera.
El rey delante de todos le pregunto con voz fuerte y alta: ¿prefieres desaparecer o enfrentar a la bestia? Gatti con temor y a la vez valentía dijo: enfrentare a la gran bestia. A Gatti la encerraron con la bestia furiosa. La fue a atacar con valentía, jugó con la bestia hasta alcanzar un cuchillo y mocharle las cabezas y en segundos la bestia murió. El rey sorprendido le ofreció una cena con todas las personas del castillo porque ninguna persona así habría sobrevivido a esta bestia
Reflexión: Así seas el más pequeño, pero con valentía alcanzarás todas las metas y propósitos. La valentía es fundamental, ya que es la causa de enfrentarnos contra el miedo; es decir a perder o mejor a no creer en nosotros mismos; es mejor creer en ti y no dejarnos caer por el miedo.
AUTOR: ISABELA TABORDA PACHECO – I.E. CASD