Por Aquilino Cotes Zuleta
Son varias las amenazas de muerte que ha recibido Rosy Margarita Cotes Cortés, porque parece que se ha convertido en “la piedra en el zapato” de algunos en la Universidad Popular del Cesar (UPC).
Ella es estudiante de Derecho y desde hace poco es miembro del Consejo Superior Universitario de la UPC, en representación de los estudiantes.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan están sumamente preocupados solo con pensar que pueda suscitarse –nuevamente- la violencia que sacudió hace varios años al alma mater, con la muerte de dos de sus más connotados docentes y la intimidación contra otros miembros de los estamentos universitarios.
Mis consejeros reclaman la pronta intervención de las autoridades civiles, policivas y militares, del Gobernador Luis Alberto Monsalvo, del Alcalde, de la Fiscalía, CTI, de los congresistas, diputados y concejales para que la joven universitaria pueda seguir ejerciendo sus funciones públicamente, libre y con plena autonomía.
Sus compañeros del Consejo Superior deberían hacer causa común, para que la mano asesina no caiga sobre la estudiante. La unión en la UPC debería comenzar con el cierre de filas a favor de Rosy Margarita, en el entendido que ella representa lo más preciado de la universidad: los estudiantes.
Las amenazas contra ella han sido múltiples: llamadas telefónicas, intimidaciones personales y agresiones físicas.
La estudiante, ha sentado su protesta con este mensaje en internet: ´Como Wallace´: “hoy le digo a los violentos que pueden tomar mi vida pero nunca mi libertad, que pueden borrar mi existencia pero nunca mi ideal”.
Por lo pronto Rosy ha recibido el respaldo unánime, solidario y valiente de un grupo de estudiantes (deberían ser todos); pero, falta el apoyo unánime del CSU, docentes y administrativos, del Consejo Académico, de los consejos de facultades, de decanos, jefes de departamento, vicerrectores y del Rector, para que se cierren todas las puertas del crimen que –a punta de plomo- quieren retomar la UPC.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan sostienen que Rosy le estorba a alguien (o a varios) con su llegada al CSU. Ella ha dicho a los medios: “…tiene que ser persona interesadas en el espacio que estoy desempeñando… supongo que algunas de mis actuaciones de procurar que las cosas se hagan como deben ser, no han sido muy aceptadas por muchos, cuyos procedimientos son delincuenciales”.
En las redes sociales colgó este mensaje: “he sido víctima de amenazas telefónicas, me han intimidado con armas de fuego y me han agredido físicamente con golpes, todo con un solo mensaje: ´Renuncie al Consejo Superior porque la vamos a matar´. Hay que encontrar al (los) criminal (es), cuando antes. Hasta la próxima semana.