Aprovechando la celebración de las fiestas patronales de San Francisco de Asís, en el corregimiento de Los Pondores, el pasado 4 de octubre y con el propósito de recaudar fondos para la ampliación del tiempo, el sacerdote Rubén Calderón Ariño, lanzó su libro titulado, del Amor a una semblanza, donde con una narrativa fluida, entretenida y amena, pretende dar a conocer a los lectores una descripción histórica del corregimiento.
La obra que consta de 4 capítulos, además del prólogo escrito por José Manuel Daza “Yin Daza”, muestra el inmenso amor que este siervo de Dios profesa por el pueblo que lo vio nacer, donde en cada uno de sus apartes trata con profundidad todos los temas que sirvieron de marco teórico, para narrar de una forma profunda, el origen, la ubicación, costumbres y vivencias de los que con su esfuerzo, trabajo y tesón, pusieron su grano de arena para que Los Pondores, se convirtiera en lo que es hoy, un pueblo acogedor hospitalario y próspero.
Termina esta obra con un capítulo de honor y gloria a San Francisco de Asís, patrono de Los Pondores, desde hace más de 160 años, donde describe detalladamente los inicios de estas festividades, cuando el patriarca Genaro Calderón, tomaba la imagen del santo patrono y la llevaba metida dentro de una mochila de fique, montado en su burro, hasta el municipio del Molino, donde le mandaba a celebrar la misa y lo traía de regreso al acompañado de una papayera, donde lo esperaba una multitud fervorosa, que le hacía una procesión por las calles del pequeño poblado y terminaba a altas horas de la noche con una “colita”, que no era más que un baile de gala, donde acudía toda la gente de bien, luciendo sus mejores galas.
“Con esta obra, que es primer libro que se escribe sobre la historia del pueblo, quiero que el mundo y los habitantes de este corregimiento, conozcan nuestros orígenes, porque nuestra historia estaba en la memoria de los abuelos que ya han partido, y no teníamos un escrito que nos identificara”, expresó el sacerdote Calderón Ariño, un presbítero, que hoy se encuentra retirado y gran parte de su apostolado lo cumplió en Venezuela.
“Pueblo que no conoce su historia, es un pueblo condenado a muerte.”, finalizó el padre Calderón Ariño.
Por: Jesús Eduardo Ariño Fragozo
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