El poeta no aprisiona el vuelo de la mariposa, suelta el viento en los colores de sus alas. Este epígrafe es la ventana de mi próximo libro: «La voz vegetal del viento». El escritor Miguel Barrios Payares es el autor del prólogo. He aquí estos párrafos.
“Notará usted, amigo lector, que en las páginas de este libro subyacen la huella y el legado literario forjado con el cincel del tiempo y el fuego de la creación. Son sesenta y dos textos divididos en cinco capítulos, que contienen reseñas literarias, crónicas, artículos de opinión, reflexiones vitales, relatos, décimas, poemas y acotaciones a sus maestros de tertulias.
La obra, más que una mera colección de textos, es un viaje que invita a explorar la mente del autor, cuya pluma ha tejido historias, poemas y opiniones en un tapiz único y evocador.
No es casualidad que el poeta inicie con la reseña heroica de una mujer, pues en el libro se siente también el sentido homenaje a mujeres trascendentes de esta región: la ilustre escritora Mary Daza, la cantautora Rita Fernández, la periodista Lolita Acosta, las poetas Clemencia Tariffa y Marce Urón; las docentes Marina Quintero, Ruth Ariza, Soledad Pérez, Gracia Fuentes, Luz Fanny Restrepo. Y no olvidó el lado femenino de sus ancestros. En efecto, hay un bello texto sobre la vida de su abuela, Sara Corzo, y una luminosa crónica sobre su madre, la maestra Juana Mindiola de Atuesta.
Un apartado especial del libro es para décimas, poemas, profesores, compañeros en la amistad, tertulias… Y en lugar de buscar el asombro fácil, explora la rica complejidad de la condición humana. Las palabras fluyen cual corrientes embravecidas de nuestros ríos; cada una añade una nueva capa de significado. Así, la poesía se convierte en espejo de experiencias internas del autor, que sabe compartir sus reflexiones, deseos y, a veces, sus propias batallas.
De otra parte, los relatos, que en lugar de acariciar los oídos con lenguaje excesivamente florido, presentan una variedad de voces y escenarios. Son fragmentos de vidas entrelazadas, reflejos de la diversidad de la naturaleza humana. Los giros inesperados y las intrigas sutiles mantienen al lector cautivo, mientras se embarca en un viaje a través de tiempos y lugares distintos que recuerdan el Caribe de todos los tiempos.
Así, esta obra es el producto de incontables horas de trabajo, de revisiones meticulosas y del empeño por capturar la esencia de momentos fugaces. Es un tributo a la persistencia del autor, a su dedicación a la palabra escrita como un medio de explorar y comunicar el variopinto mundo que nos rodea. Así que usted, apreciado lector, se encontrará con el camino que un hombre, un poeta, ha trazado hacia sí mismo”.
Por José Atuesta Mindiola