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La Voz Senior y la Piragua

En el actual concurso ‘La Voz Senior’, de Caracol TV, hemos disfrutado del talento de los participantes de todas las regiones de Colombia. No obstante, hay un lunar en el concurso y es que de los tres jurados los dos extranjeros han demostrado que conocen poco de la música colombiana. En la noche del 29 de septiembre participó el señor Javier Jiménez, de Barranquilla, cantando La Piragua, famosa cumbia de José Benito Barros, y estos dos jurados, extrañados, preguntaron qué significaba esa canción, que ellos nunca la habían escuchado.

Si los participantes son colombianos nativos o residentes, lo elemental es que los jurados tengan algún conocimiento de nuestra música colombiana. A este par de jurados, y a los que no la conocen, les recuerdo la historia de La Piragua y su autor.  El maestro José Benito Barros Palomino (1915-2007) nació en El Banco (Magdalena). Es considerado el mejor compositor de música popular en Colombia, por su prolífica y variada producción, que incluye estos géneros: tango, vals, pasillo, bolero, paseo, merengue, porro, fandango y cumbia.

La Piragua es una voz Caribe prehispánica, utilizada por los indígenas para nombrar sus embarcaciones largas y estrechas, más grandes que las canoas, que navegaban a remo y vela; hechas generalmente de una sola pieza: un tronco largo y ancho de un árbol, vaciado a fuego y afilado en las puntas para cortar mejor el agua. Los nativos de las costas y ríos de África usaron desde tiempos remotos la misma técnica para la fabricación de piraguas; por lo que algunos arqueólogos y científicos tienden a pensar que existía un vínculo, sea comercial o de cualquier otro tipo, que relacionó a ambos mundos.

La historia de la canción la cuenta el autor en un reportaje publicado por El Espectador (08/02/2004). Decía el maestro Barros: “Después de muchos años de viaje llegué a mi pueblo, El Banco; tenía ya 40 años. Me hice amigo de un zipaquereño, Guillermo Cubillos, quien me contó su deseo de hacer una canoa grande y ancha para llevar pasajeros de Chimichagua a El Banco. Un día, en compañía de otro amigo, lo llevé donde el viejo que tenía un taller de hacer canoas. Mientras conversábamos preguntó el artesano qué canoa era la que Cubillos quería, y le dije: ‘¡Una de 12 metros!’ Y me dijo: ‘¿Cómo así?, lo que quieres es un buque como el ¡Titanic!…’. Dijo que costaría 1.800 pesos; Cubillos respondió: ‘No importa, ¡hágala! ¿Cuánto se demora?’ Y respondió: ‘Como un mes’.

Terminado ese gran bote, uno de los quince trabajadores del taller, que era pintor, arrastró la canoa y la brocha y le puso el nombre: «La Piragua». Y así se fue la canoa para Chimichagua; y la gente de la ribera del río corría a ver semejante aparato, y decían: ‘Vamos a conocer La Piragua’. Y así se divulgó.  Yo viajé en esa canoa. Años después, salió la canción que, en mi inspiración, comenzó: Me contaron los abuelos que hace tiempo/ navegaba en el Cesar una piragua/, que partía de El Banco viejo puerto/ a las playas de amor en Chimichagua/. Capoteando el vendaval se estremecía / e impasible desafiaba la tormenta / y un ejército de estrellas la seguía / tachonándola de luz y de leyenda…”.

Por: José Atuesta Mindiola

Categories: Columnista
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