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La vida de Gustavo Gutiérrez y la partida de Luis Egurrola

El pasado 15 de agosto me propuse iniciar un homenaje –en vida- en esta columna periodística a varios compositores, acordeoneros, cajeros e intérpretes de la música vallenata (uno cada semana). La idea está en proceso. 

El primer nombre que me vino en mente fue del compositor Camilo Namén Rapalino quien por esos días había estado hospitalizado en la Clínica Cardiovascular por quebrantos de salud, ya fue dado de alta gracias a Dios.  

La idea fue hacer contacto con tres o cuatro colegas de Camilo Namén, para que contaran pormenores de él.

Era una entrevista estructurada con solo tres preguntas. Esta clase de entrevista es una gran herramienta de valoración. A los entrevistados se les hacen las mismas preguntas y luego, con mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan se evalúan las respuestas. 

Entonces llamé, por celular, a ‘Poncho’ Zuleta y al ‘Cocha’ Molina, pero nunca contestaron. En cambio, sí respondieron al llamado por wasap el acordeonero y compositor ‘Beto’ Murgas y el cantante Peter Manjarrez. El proceso por ahora está aplazado, por ocupaciones como docente de la Universidad Popular del Cesar.   

Queda por el momento rendirle tributos póstumos al compositor sanjuanero Luis Egurrola Hinojosa, quien falleció el pasado lunes en la clínica Cardiovascular de Valledupar, por problemas de salud. 

Egurrola era oriundo de San Juan del Cesar (La Guajira). Nació el 19 de julio de 1964 y murió a sus 60 años. 

Canciones como ‘Las verdades de mi vida’ (Diomedes Díaz), ‘Realízame mis sueños’ (Binomio de oro), ‘Por tu primer beso’ (Jorge Celedón), ‘Las de los ojitos negros’ (Hermanos Zuleta), ‘Tú vas a volar’, (Los Diablitos), ‘Al final del Sendero’, ‘Ilusiones’, ‘Sin saber que me esperas’ y ‘Ven Conmigo’. También Silvestre Dangond le grabó varios temas. 

Egurrola fue talentoso, genial en sus creaciones, poseedor de una gran capacidad para hacer canciones. Sus seguidores y familiares sostienen que dejó su profesión de arquitecto para dedicarse de lleno a la ‘arquitectura del vallenato’.  Su vida era hacer versos, cantarle al amor, a la paz, a la esperanza, al éxito.  

Un hombre de cualidades especiales, extraordinario como amigo, como compositor y como persona, así lo definía Omar Geles. Hay un archivo en internet en donde Geles revela que en cada una de sus parrandas siempre cantaban canciones de Egurrola, lo admiraba. Hoy, los dos han fallecido en lo material, pero quedan sus obras musicales.

Hoy todos lamentamos su muerte, pero queda Egurrola por años, para siempre en sus canciones, junto a otros extraordinarios compositores como Omar Geles, Hernando Marín, Escalona, Leandro, para armar la parranda celestial.

Queda la vida de Gustavo Gutiérrez Cabello, el poeta vallenato, el cultor de vaquería y el de los versos poéticos.

Sus canciones son muchas. Con ellas le ha dado vida al valle, ha motivado a la armonía, a la concordia y al querer. Cada canción lleva un pedazo de vida en su interior, en sus melodías y sus letras. Todos los cantantes le han grabado una canción y cada una es un éxito. Recuerdo los nombres de varias de ellas: ‘Sin Medir Distancia’, ‘El Cariño de Mi Pueblo’, ‘Sin Medir Distancias’, ‘Así Fue Mi Querer’, ‘Corazón martirizado’, ‘Camino largo’, ‘Paisaje de sol’, ‘Rumores de viejas voces’. 

Recientemente la gobernación le brindó un homenaje, merecido para un compositor que a sus 85 años se muestra lúcido, íntegro, moderado en su actuar y con sus canciones que le irrigan vida, le dan aliento para seguir ahí a merced de sus versos y sus cantos. Hoy lloramos la partida de Luis Egurrola por sus genialidades y gozamos la vida de ‘Tavo’ Gutiérrez, también por sus magistrales ocurrencias.   Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta.

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