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La verdad como una mentira evolutiva

Creer fue el vehículo en el que monté buscando la certeza. Creí casi 19 años de vida, nacer en mayo del 99, pero luego nací para mí, o para ella, el 24 de abril del 2018. Pensaba que nadie me entendería, hasta que el oído de mi amada tocó fuertemente la puerta de mi boca.

También creía que no existía el amor, hasta que vi a mi madre amar a mi padre, a mis hermanos, y a mi persona. ¿Puedes creer que pensaba que mi madre me odiaba por sus sermones? Hoy puedo entender que me protegía de su propia cruz: su niñez.

Estaba convencido de niño que yo era normal, hasta que se me torció el ojo izquierdo por una rabieta. Tenía la certeza de tener amigos en ese momento, hasta que se burlaron por mi discapacidad. Pensé fervientemente que era un enfermo, hasta que vi en la lealtad de mis hermanos que todo estaba bien.

Profesaba que con una cirugía en el ojo aprendería a ver mejor las cosas, hasta que vi cine por primera vez. Creía entender todo, hasta que leí filosofía. Creía que hablar era suficiente para comunicarse, hasta que hice mi primera poesía.

La razón es nuestro santo patrono, es la imperfección, la defino como la equivocación, hijos de Adán y Eva, el pecado, mi reproducción, una mentira evolutiva.

Suponía que nadie me necesitaba, hasta que mi padre me llamaba para que lo acompañara en su soledad. Recuerdo que cuando enfermó mi padre yo tenía la fe de que sanaría, pero murió. Presumía que lo tenía todo, hasta que lo perdí a él. Creía que no existía Dios, hasta que le conocí en cada uno de ellos y ello… (Piensa).

Debí pasar todo esto, para entender que desde entonces descubrí que la cumbre más alta de la fe es cuando te das cuenta de lo tan equivocado que estabas. Por eso pienso y luego digo, que la tierra fértil es mi vida, la fe es la semilla, el tiempo el agua que nutre la semilla, y la flor la razón.

El fin de esa flor es adorarla, es ver su belleza, es ver lo cambiante que es, es ver como su verdad en sí misma evoluciona, ver como una gran beldad sus espinas, también la sombra que le hace a sus hormigas y su objetivo en cada una de las estaciones del tiempo.

La razón es nuestro santo patrono es la imperfección, la defino como la equivocación, hijos de Adán y Eva, el pecado, mi reproducción, una mentira evolutiva.

Solo crees saber, hasta que sabes que no sabes nada. Nunca entendí tanto a Socrates, hasta que dije estas palabras.

En conclusión, creo que decir estas palabras se convertirán en un error, hasta que el tiempo me permita saber el porqué.

Categories: El Vallenato
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