Desde Río Seco se siente el ambiente carnavalero. Sin embargo, no pude dejar de pensar en los comentarios que tildan de “corroncho” al carnavalero de Valledupar, porque eso no nos pertenece; es algo lejano, de por allá en La Guajira y el Atlántico. Aquí solo somos fieles al festival vallenato. ¿Quién le explica eso a los rebuscadores en estos tiempos secos que venden antifaces de verde chirriante al sol, sombreros, trajes y faldas de varias capas a los lados de la carretera?
Pasan carros y preguntan por la maicena. Las casetas de vereda con adornos de flores no son glamurosas como las discotecas de la ciudad; son patios grandes con sillas Rimax al lado de una planta de plátano, así como la portada del álbum “Debí tomar más fotos” de Bad Bunny.
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En La Vega Arriba, antes de llegar al puente que te lleva a Patillal, con sensación térmica de 40 grados, estaba Liceth Gamez, reina carnavalera de su corregimiento, deteniendo el paso de carros con su vaivén de caderas, maquillada impecablemente como solo saben las mujeres de la costa. Ella y su comparsa lucían camisetas verde carnaval.
Los reyes del Carnaval en La Vega Arriba
“Estudio Ingeniería Ambiental en la Universidad Popular del Cesar. Esto empezó por un sueño; yo siempre he soñado con ser reina y esta vez se me dio la oportunidad de hacerlo. Soy reina de mi pueblo, La Vega Arriba; toda la vida he vivido en La Vega”, grita Gamez, porque los tambores solo quieren parar el tráfico con la algarabía de un “gueeeeeepaaaa”.
Algunas camionetas pitan; detenerse para darle una pausa a la alegría en ese calor no es fácil. Ni para qué preguntarle a la reina que lleva dos días bailando para invitar a todos como quien avisa: “estamos de carnavales”.
El sábado 18 de enero fue su presentación en sociedad como reina de su corregimiento. “Para ser reina hay que tener actitud, ser alegre y respetuosa”, resalta Gamez sonriendo con una gota de sudor en su cachete. No quiere hablar de sus pasos como bailarina; explica que la actitud lo es todo: “porque si no tienes actitud, no sirve de mucho el baile, pero sí se me da el baile”.
Para ser estrictos, no hay reina sin rey momo del carnaval. Este año el turno fue para José Díaz; él tenía una banda blanca con letras doradas que decía “Rey Momo 2025”. Cuando no es rey, estudia Criminalística. “Fue una propuesta a principios de año de mi soberana Lizeth. Somos amigos; entonces ella me dijo y yo le dije: ‘si yo amo bailar’. Yo le dije que sí sin miedo al éxito y nomás se dio”, explicó el rey.
“El día de ayer fue espectacular; bailamos mapalé, cumbia y reggaetón. Nos fue muy bien. Gracias a Dios, la gente quedó sorprendida; no pensaron que yo iba a ser lo mismo que ella o que ella iba a hacer lo mismo que yo. Fue como un boom; o sea, es que la gente no está al mismo nivel contemporáneo. Entonces, al yo dar el salto ahora al 2025, bailar reggaetón y tirarme al piso para la gente es algo nuevo y amaron eso”, relató Díaz.
Al final, nadie quiere detener los carros en medio del sol por nada; solo invitar a los pueblos a seguir a los reyes hasta La Vega, Patillal, Los Corazones y en las discotecas de Valledupar para vivir el Carnaval 2025. Porque como dice el rey momo: “Todo el carnaval es alegría; quien esté triste que se goce un carnaval”.
Por Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN