Reflexiones de Tío Chiro y Tío Nan
Por Aquilino Cotes Zuleta
Hay un alboroto entre insignes hombres de mis tierras cesarense y guajira, de la estirpe costeña, concebidos y criados en los desaparecidos campos algodoneros, en platanales arrasados por el hongo de la sigatoka negra, en los socavones contaminados de las minas carboneras, en la escuálida Ciénaga Zapatosa, en la música vallenata y en el “desplazado” río Ranchería.
Tremenda algarabía, diría sin desquebrajar nuestra lengua materna el insigne vallenato raizal Aníbal Martínez Zuleta. Le han hecho mucha bulla, manifestaría sin estropear la gramática nuestro célebre hombre de radio Isaac León Durán.
Tres sustantivos que connotan una misma acción: el griterío que se ha armado en esta región en donde nació (Municipio de La Paz) Rosario Pumarejo Cotes de López, mamá de Alfonso López Pumarejo (31 de enero de 1886 – 20 de noviembre de 1959) Presidente de Colombia durante dos períodos: 1934-1938 y 1942-1945.
De esta tierra que ha parido seres humanos tan antagónicos filosóficamente como el comandante guerrillero Simón Trinidad –Ricardo Palmera- y el comandante paramilitar Jorge 40 –Rodrigo Tovar- (ambos extraditados a Estados Unidos), quienes dejaron una estela sangrienta, ha surgido el alboroto intangible del actual Gobernador del Cesar -de quien omito su nombre por respeto- con el anuncio de que la Universidad Nacional tendría una sede en Valledupar.
Sí señor. El Gobernador compró un lote en donde sería edificado el campus universitario de la Universidad Nacional y anunció con bombos y platillos su pronto funcionamiento (de eso hacen ya dos años), allí en ese lote está meciéndose un aviso que anuncia la magna obra.
La compra parcial la hizo –abusando de la improvisación- por $1.400 millones correspondiente a 50 hectáreas de terreno de propiedad de Alcides Manuel Morón, en la vía Valledupar – La Paz.
Estoy hablando de la Universidad Nacional fundada el 22 de septiembre de 1867, hoy con 46 mil estudiantes y con un presupuesto de más de un billón 94 mil millones de pesos, es decir, tiene un presupuesto mucho más grande que el presupuesto junto del total de las otras 31 universidades públicas de Colombia.
Mientras tanto, nuestra Universidad Popular del Cesar no alcanza los 45 mil millones de pesos y hoy con 14 mil estudiantes es la única entidad del Estado en la región que genera más de 2.200 empleos directos y 4.350 empleos indirectos en un año, sin contar con el aprovechamiento académico y laboral que tienen cientos de familias en los corredores universitarios urbanos y rurales en Valledupar y Aguachica, con cuatro sedes (según datos de un último estudio hecho por estudiantes de Sociología de la UPC).
Lo más conveniente es que el Gobernador hubiese “armado” un recurso de 25 mil o 30 mil millones de pesos al año para la UPC y hubiera fortalecido su presupuesto: hoy la matrícula de un estudiante no costaría $720 mil sino 150 o 200 mil pesos. Porque a la UPC –prácticamente- la sostiene económicamente el estudiantado, porque el presupuesto que recibe del Gobierno es exiguo, el más pobre de todas las universidades de la Costa y del país.
Retomando el tema, se puede decir que el proyecto de la Nacional nació muerto, porque no se hizo ningún estudio, lástima que eso haya pasado porque cabía la posibilidad de nuevos cupos para nuevos bachilleres, para ir mitigando esa gran brecha que tenemos frente a otras ciudades en cuanto a oportunidades de nuestros hijos, familiares y amigos de ingresar a la educación superior.
Es que todos esos pajaritos pintados en el cielo por el Gobernador no son más que castillos hechos con arena que se revientan hasta con un bostezo. Todo se resume en la improvisación que maneja con un discurso muy sutil, pero que luego se funde en una frase del ilustre físico Alemán, Albert Einstein: “Todos somos ignorantes, sólo que no todos ignoramos lo mismo”.
El proyecto de la Nacional en el Cesar está tan apabullado que ya la Ministra de Educación, María Fernanda Campo, en una reciente visita a Valledupar llamó la atención y aclaró que el gobierno le apunta al fortalecimiento de la Universidad Popular del Cesar y que deja para estudio el apoyo a la sede de la Universidad Nacional. Reitero que el proyecto nació muerto, por inconsulto, y lo debe reestructurar el próximo Gobernador. Hasta la próxima semana.
tiochiro@hotmail.com