X

La utilidad de la corona del rey vallenato

Esta semana volvió a ser tema de tertulias en Valledupar, y en cualquier rincón de Colombia donde se hable de música vallenata, la trascendencia o significado que pueda tener la corona de rey vallenato para un acordeonero y para nuestro folclor.

El tema lo pusieron sobre el tapete los directivos de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata al anunciar, por segunda ocasión, su decisión de declarar a nueve reconocidos acordeoneros como Reyes Vitalicios, distinción que esta vez recayó en los nombres de Ovidio Granados Melo, Emilio Oviedo Corrales, Andrés ‘El Turco’ Gil Torres, Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero Ospino, y los fallecidos Florentino Montero, Lizandro Meza Márquez, Juan Humberto Rois Zúñiga y Miguel Ahumada Maya. De ellos, ‘Emilianito’ Zuleta y ‘El Turco’ Gil no aceptaron dicho reconocimiento.

La primera declaratoria de Reyes Vitalicios se dio en 1999, homenaje que en esa ocasión se les hizo a cinco juglares: Francisco ‘Pacho’ Rada, Lorenzo Morales, Abel Antonio Villa, Andrés Landero y Antonio ‘Toño’ Salas.

Ahora, ante la negativa de los maestros ‘Emilianito’ Zuleta y ‘El Turco’ Gil se abrió el abanico de comentarios sobre la importancia de la corona del Rey Vallenato y surgieron interrogantes como: ¿es necesario ser rey vallenato para trascender y ser famoso como acordeonero? ¿el aporte de un acordeonero a su folclor lo determina una corona? ¿un acordeonero gana más dinero por ser rey vallenato? ¿las agrupaciones vallenatas exitosas y famosas prefieren al acordeonero que es rey vallenato frente a quien no lo es? ¿las productoras musicales tienen en cuenta esa distinción para cualquier contratación musical? ¿musical y económicamente a quién les va mejor: a los acordeoneros que soy reyes vallenatos o a quienes no lo son? ¿cuáles son los compromisos de un rey vallenato? ¿qué pasa con un acordeonero después que se corona como Rey Vallenato?

Lo cierto es que aquí aplica aquello de que toda regla tiene su excepción frente a casos como los de Lizandro Meza, ‘Emilianito’ Zuleta, ‘Juancho’ Rois e Israel Romero, entre otros, considerados por sus públicos como los más grandes, los más famosos y los mejores, sin necesidad de ostentar la corona de rey vallenato.

Resulta una discusión apasionante e interesante, pero, independiente de las respuestas positivas o negativas de esa larga lista de interrogantes, lo que no se puede perder de vista es que el Festival de la Leyenda Vallenata y su concurso bandera, como lo es el de acordeoneros profesionales, constituyen la base de este folclor vallenato, sin eso, la música vallenata que hoy se conoce en el mundo tal vez no sería la misma y probablemente no se hubiese logrado, de parte de la UNESCO, la declaratoria como patrimonio inmaterial y cultural de la humanidad.

Sin el concurso de acordeoneros profesionales también se hubiera puesto en riesgo la preservación de los cuatro aires vallenatos: paseo, merengue, son y puya, con la probabilidad, además, de haberse extinguido en las parrandas el conjunto típico de caja, guacharaca y acordeón. En fin, son muchos los elementos que, desde el Festival Vallenato y su concurso base, el acordeón, han hecho que la música vallenata sea la más representativa de Colombia ante el mundo.

De todas maneras, esta discusión debe servir para que la Fundación Festival Vallenato, como órgano rector del folclor, comience a revisar distintos aspectos que le permitan elevarle el perfil al concurso de acordeoneros que, si bien es muy importante para el folclor vallenato, también es cierto que cada día ha venido perdiendo interés o atractivo tanto en el público como en los mismos participantes.

Categories: Editorial
Periodista: