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La UPC está en el ‘tíbiri tábara’

Unos pasos de gigante dieron los directivos de la Universidad del Magdalena al aprobar de manera inédita la reducción del 50 por ciento de la matrícula para los estudiantes de pregrado, para este semestre 2020 – 2.

Semejante aporte es digno de admirar y por tal razón mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan y yo, damos los agradecimientos a los miembros el Consejo Superior Universitario, del rector Pablo Vera y a todos aquellos que hicieron su aporte para sacar avante esta interesante propuesta para los estudiantes y sus familiares.

Incluso, al Gobernador Carlos Caicedo quien presentó un proyecto para la gratuidad, pero que al final no se aprobó para no causar traumas económicos al ‘alma mater’. Esto si es trabajar por la entidad.

Podemos decir que, este sí es un ejemplo de universidad pública para el país, para nosotros en el Cesar, para los tristemente célebres miembros del Consejo Superior Universitario de la UPC (los que quedan, porque a quienes se les cumplió su periodo dejaron más desolación que gracias).

Porque a diferencia de la Universidad del Magdalena, en la Universidad Popular del Cesar (UPC) la gente del valle dice que se vive es del bochinche, de la corrupción y de la politiquería. “Una universidad que la han hecho temeraria, que sus rectores han recortado los presupuestos para hacer edificaciones y pisos, por encima de la compra de libros, de soluciones para los laboratorios y para contratación de docentes. En cambio, la nómina paralela crece”, afirmó un estudiante.

Hoy, tenemos una UPC en donde a esta altura del semestre no tenemos rector ni rectora, porque la actual, Darling Guevara, está suspendida por el Consejo de Estado, por una demanda contra su designación, que cursa en su contra en ese tribunal.

Pero, no solo eso. La UPC tampoco tiene Consejo Superior Universitario (CSU), porque a la mitad de ellos se les venció su periodo. Es decir, estamos en el ‘tíbiri y tábara’, como se afirma en la Cuba criolla.

Lo serio sería que la rectora imputada se notificara (que no se sabe si lo ha hecho) de la suspensión del Consejo de Estado y el CSU encargue a alguien; pero no. Ni lo uno ni lo otro. Pareciera que estuviesen tratando de “sepultar” lo que queda de la UPC; mientras tanto, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, y el presidente Duque se dan por no enterados de la situación.

Hay una incertidumbre entre los estudiantes, porque hoy no hay quien dirija, quien oriente ni mucho menos que ordene todo lo relacionado con la terminación feliz de este semestre atípico y el regreso al próximo 2020 – 2.

Se requiere que el Gobierno nombre un rector, pero no de un nombre que den los políticos en Valledupar ni mucho menos a cualquier aparecido con ínfulas de intelectual, ni mucho menos a alguien que en vez de sumar lo que haga es restar o dividir. El Ministerio debe encargar a un funcionario del Gobierno nacional, que sea competente, serio.

Se advierte que hay que solucionar el tema del CSU para elegir los reemplazos de quienes ya cumplieron sus periodos. Incluso, para elegir a esos funcionarios hay que estar “ojos visor”, que el estudiante que representa a los estudiantes sea un verdadero líder que quiere reivindicaciones para ellos, a un profesor que defienda y abogue por los docentes, no por los intereses de quienes lo pusieron allí.

En fin, hay que reestructurar pronto a la Universidad Popular del Cesar, para poderla salvar. Hasta la próxima semana.

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