Difícil la tarea que debe asumir el nuevo gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Acueducto y Alcantarillado de Valledupar, Emdupar, Luis Eduardo Calderón Fuentes.
La filosofía popular reza que a grandes problemas grandes soluciones, por ello la opinión pública vallenata esperaba una jugada maestra del alcalde y la junta directiva de la empresa en cuanto a la escogencia del perfil del nuevo gerente.
La situación actual de Emdupar es tan compleja que requería la llegada de un experto en la materia, un erudito en todo el engranaje técnico y con la suficiente experiencia para sortear con éxito el necesario proceso de recuperación empresarial. Es la pregunta que está al aire frente a la designación del nuevo gerente ¿acertó o falló la junta directiva? Ahí estaba o está parte de la solución del problema. Pero la respuesta a ese interrogante será el tiempo el que la dirá con base en los resultados.
Pero, ya definida la gerencia, se hace perentorio entrar a mirar qué es lo primero que se debe hacer para comenzar a recuperar a Emdupar.
Los distintos informes que se conocen indican que, más allá de toda la complejidad que caracteriza a la empresa, el principal problema que en estos momentos afronta Emdupar es financiero, como el poco flujo de caja. De los cerca de $4.000 millones que se facturan de manera mensual solo se logra recaudar en promedio unos $3.000 millones, quedando un déficit todos los meses de $1.000 millones.
Sumado a eso está la cartera morosa que asciende a $80.000 millones, con el agravante de que más de la mitad del total de ese monto no es recuperable, es decir, por concepto de cartera vencida se estaría dejando de cobrar cerca de $50.000 millones.
Además, las cuentas bancarias de Emdupar están embargadas y permanentemente con saldo en rojo, esto debido a que todo el dinero que ingresa lo absorben las deudas por concepto de demandas laborales y de los diferentes proveedores de la empresa, las cuales se estiman que están alrededor de los $26.000 millones.
La situación es tan crítica que Emdupar le adeuda hoy a su personal las últimas 5 quincenas de sueldos, cuya nómina entre los de planta y vinculados por prestación de servicios es de 220 empleados que le valen a la empresa más de $1.200 millones mensuales y si ya se deben dos meses y medios de honorarios la deuda asciende a unos $3.000 millones.
Esa deuda de personal será el primer arroyito que tendrá que cruzar el nuevo gerente, porque es bien sabido que el conjunto de problemas de Emdupar es más que eso, se trata de un mar inmenso en picada en el que deben remar para el mismo lado todos los comprometidos con la parte directiva de la empresa, incluido el alcalde como cabeza principal.
Por fortuna el agua que Emdupar le suministra a la ciudadanía vallenata todavía se conserva con buenos niveles de calidad, aunque las fallas de suministro y rebosamiento de redes de alcantarillado son grotescas y recurrentes por falta de inversiones – si no hay para pagar la nómina ¿qué habrá para invertir y mantener? Frente a la turbia situación financiera urge que se defina cuanto antes lo del nuevo operador privado o cualquier otra decisión que ayude a replantear el rumbo de esta empresa otrora orgullo de los vallenatos.