La trata de personas ha venido creciendo a pasos agigantados a nivel mundial, y en Colombia desde el año 2016, periodo en el que se disparó la migración de millones de personas procedentes del vecino país de Venezuela, las cifras por este delito comenzaron a arrojar resultados alarmantes en distintos departamentos, configurando una grave violación de los derechos humanos.
El tráfico ilegal de personas ha sido utilizado para diferentes propósitos, explotación sexual, laboral, extracción de órganos y la tercerización criminal que tiene como finalidad contratar jóvenes para cometer acciones delictivas, entre otras.
En el año 2020, al inicio de la pandemia, la trata de personas fue ganando terreno, el confinamiento y la parálisis de la economía llenaron de fuerzas a las organizaciones que lideran este delito, implementando nuevas estrategias y utilizando como mecanismo de enganche las redes sociales para reclutar a las victimas.
En los últimos 8 años, Colombia ha registrado más de 700 casos de trata de personas, afectando principalmente a las mujeres en un 82 %, con relación a los hombres, ubicándose en un 18%. La principal finalidad se da para explotación sexual, seguido por trabajo forzoso.
Después de tomarme el tiempo de identificar los tipos de trata de personas existentes, en los últimos años este delito ha registrado un incremento de más del 1.000 %. La trata externa capta sus víctimas dentro del territorio nacional para luego ser enviadas al exterior, distribuyéndolas en más de 52 países; y la trata interna explota sus víctimas sin salir de Colombia concentrándolas principalmente en Bogotá.
En la inclusión de la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se ha venido desarrollando un trabajo a nivel mundial en la erradicación del trabajo forzado y la trata de personas en los ODS: “5 Igualdad de género”, “8 trabajo decente y crecimiento económico”, y “16 Paz, justicia e instituciones sólidas”. Pero lo que arrojan las cifras es un panorama distinto, la agenda ha presentado un estancamiento a nivel mundial en la reducción de este flagelo que crece rápidamente de manera silenciosa.
Se hace necesario que los gobiernos y las instituciones del Estado permanezcan comprometidas contra de trata de personas, se sigan desarrollando acciones, y tomando medidas asistenciales para prevenir esta problemática que viene afectando principalmente a niños y mujeres de todo el territorio nacional.
Quiero informarles que para los teléfonos celulares existe una aplicación muy eficaz, desarrollada por el Gobierno nacional, llamada LIBERTApp para denunciar e informar a las autoridades sobre posibles casos relacionados con la trata de personas en Colombia. Recomiendo la puedan descargar, es de mucha ayuda para aportarle a la Fuerza Pública la información necesaria para acabar con las redes criminales que patrocinan este delito.
En el Cesar, en años anteriores, se presentaron casos aislados de trata de personas que pretendieron trasladar sus víctimas internamente a otras regiones del país. En otros departamentos el crecimiento de este delito no se detiene. También continúa vigente la desaparición de niños para ser reclutados por los grupos al margen de la ley, y es otro tema para debatirlo más adelante en una columna de opinión.
Por: Carlos Andrés Cotes Maya.