El desfile de “Años Viejos” tuvo lugar el 28 de diciembre en la glorieta del Pedazo de Acordeón de Valledupar. Aunque la construcción y quema de muñecos ha disminuido en comparación con décadas pasadas, esta tradición sigue siendo un reflejo de la realidad en la región vallenata. Los muñecos representan tanto lo mejor como lo peor del 2024, ofreciendo a los participantes una oportunidad para olvidar o resaltar los eventos más significativos del período.
La costumbre de incinerar el “Año Viejo” es un ritual profundamente arraigada en la cultura latinoamericana, especialmente en países como Ecuador y Colombia. Este acto, que se celebra la noche del 31 de diciembre, simboliza la despedida de un año lleno de experiencias, tanto positivas como negativas, y da la bienvenida a un nuevo año lleno de esperanzas y propósitos.
Construcción del año viejo
El “Año Viejo” es una tradición que implica la creación de muñecos confeccionados con ropa vieja, cartón o papel, los cuales se rellenan con paja o aserrín. Sin embargo, con la promulgación del Decreto 1297 de 2024, se ha prohibido el uso de elementos pirotécnicos que anteriormente añadían un toque dramático a la quema.
Estos muñecos pueden representar figuras políticas, personajes de la cultura popular o eventos destacados del año, funcionando como una forma de crítica social y política. Este año, se han popularizado muñecos que rinden homenaje a la empresa Afinia y al presidente Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez, simbolizando las dificultades que han enfrentado los vallenatos. Por otro lado, también se han destacado aspectos positivos, como la tendencia en moda de sirenas y la canción “Coqueta” del Heredero, junto a otros muñecos más generales que representan a vigilantes y figuras cotidianas.
Significado actual
Hoy en día, el ritual de quemar el “Año Viejo” no solo implica la eliminación simbólica de lo negativo del año que concluye, sino que también se ha convertido en un momento de unión familiar y comunitaria. Las familias se reúnen para compartir anécdotas alrededor del muñeco y ollas de sancocho que rinden hasta el amanecer del 1 de enero del 2025 antes de su incineración.
En la actualidad se comercializan pequeños muñecos que se utilizan en rituales personalizados, diseñados para atraer la buena suerte. Estos muñecos suelen estar acompañados de hierbas como el romero o la canela, así como de mensajes escritos que resumen experiencias pasadas o expresan deseos para el nuevo año.
La tradición del “Año Viejo” es un claro ejemplo de cómo las costumbres pueden evolucionar y adaptarse a lo largo del tiempo, manteniendo su esencia cultural mientras incorporan nuevos significados. En un mundo cada vez más globalizado, este ritual sigue siendo una poderosa manifestación de identidad cultural vallenata.
Por: Redacción EL PILÓN