En Los Venados:
Por: ARNOLDO MESTRE ARZUAGA *
El corregimiento de Los Venados cuenta con una imagen mítica religiosa pintada en un lienzo que data de 1899 y que – a pesar del tiempo transcurrido todavía – se puede apreciar sin esfuerzo alguno la belleza del arte estampado.
Según la oralidad de ancianos y de personas que han estado muy cerca de la historia de esta imagen, cuentan que ésta fue encontrada por Pedro Morales Argote, en las sabanas de Quebrajachito cerca de la ciudad de Fundación.
Desde la época de la nueva Granada y varios años después de la independencia, la Costa Atlántica era un gran proveedor de carne de bovinos y mucha de esta producción se exportaba a España; en nuestra región existían dos grandes haciendas: La hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas, ubicada en la región de El Paso, y la hacienda El Diluvio, cerca de la sabana de Camperucho, la primera de propiedad de don Juan Bautista de Mier y la torre, y la segunda de propiedad de la Familia Pumarejo Cazuzo, como Don Juan Bautista no tubo descendencia al morir fue heredado por su sobrino Don Julián de Trespalacios.
La Hacienda El Diluvio
En el caso que nos ocupa, la relación directa es con la Hacienda El Diluvio, que para la época en que Pedro Morales Argote se encontró el pergamino, su propietario era Urbano Pumarejo Quiroz.
Según la tradición oral, en armonía con la historia, cuentan que para entonces la región estaba soportando un fuerte verano, además la guerra de los mil días era un hecho inevitable e inminente, la Constitución de Núñez (1886) chocaba totalmente con la Constitución de Río Negro (1863), mientras la una le otorgaba un exceso de derechos a los ciudadanos y a los estados independientes, la otra ejercía un poder centralizado en el Presidente de la República, de modo que los Estados independientes pasaron a ser Departamentos, regidos por un gobernador, nombrado por el presidente de la República, desde luego esto causó inconformidad a los caciques políticos de cada región, que veían reducido su poder. Además, los liberales rebeldes en cabeza de Rafael Uribe Uribe y Benjamín Herrera, estaban inconforme con el gobierno, decían que era una constitución déspota, que ponía en desventaja a las regiones apartadas del país.
Urbano Pumarejo, conocedor de los desastres económicos que causaría esta guerra, además el verano que se estaba viviendo le produciría muchas bajas en su hato ganadero, por eso decidió sacar a vender un buen número de animales para asegurar su producción y para aliviar un poco la carga de su hacienda, para ello contrató un grupo de vaqueros encabezados por Pedro Morales Argote, quienes tenían la misión de entregar estos semovientes cerca de la ciudad de Fundación en el sitio denominado SABANAS DE QUEBRAJACHITO, a otra cuadrilla que venía de TASAJERA, allí los animales eran sacrificados y sus carnes tasajeadas, saladas y oreadas para después embarcarlas en el buque donde iban a ser trasportadas a un país europeo.
La cuadrilla de hombres encabezadas por Pedro Morales Argote partió de la hacienda El Diluvio con el ganado, el primero de febrero de 1899 a las tres de la madrugada, después de varias jornadas y un día después llegaron al sitio convenido, con la gran sorpresa que todo se había quemado, aun permanecían algunos troncos y ramas humeantes, a Pedro le llamó la atención un matorral que no se quemó y permanecía verde en el centro de lo quemado, su color verde descollaba en medio del carbón y las cenizas, sorprendido, sin bajarse de su montura se acercó esquivando algunos obstáculos todavía humosos, cuando penetró a el matojo lo que vio lo dejó confuso, en el suelo sobre el pasto se encontraba enrollado un pergamino, lo recogió y al estirarlo observó la imagen de la virgen con el niño cargado, de regreso, al llegar al pueblo comentaron lo sucedido, lo que ocasionó gran conmoción a sus habitantes, como todo sucedió un 2 de febrero, sin lugar a dudas se trataba de la Virgen de la Candelaria, la noticias se regó por todas las poblaciones vecinas, así que la peregrinación de gente era inmensa, todos querían pedirle un milagro a La virgen.
El lienzo
El lienzo con la imagen de la virgen de la candelaria en un principio estuvo en la casa de Rafaela Quintero viuda de Morales, esposa de José Manuel Morales López, tío de Pedro Morales A. Cuando ésta murió pasó a manos de Juana María Morales, prima de Pedro Morales Argote.
Son muchos los milagros que se le atribuyen a la Virgen de la Candelaria, pero hay uno que más llama la atención: En el año de 1922 Hercilia Quintero después de haber quedado en la ruina y en total estado de demencia, quema al pueblo de los Venados.
Me contó Graciela Córdoba q.e.p.d., que la calle principal parecía un inmenso tizón, Juana María Morales que tenía dos casas, se postró de rodillas y vehementemente le suplicó a la virgen que salvara a sus casas de la candela, que ella le daría una para que allí permaneciera su imagen, todo el pueblo ardió en llamas menos las dos casas de Juana María Morales, ella cumplió con la promesa, pero el fin fue diferente a su deseo, al morir, su hija Victoria Tamara desconoce la donación y reclama la casa-.
En el año de 1952 por iniciativa de algunas personas prestantes del corregimiento, el maestro de albañilería Julio Calero construye la primera iglesia, y es entonces cuando Juana Valera de Morales, la esposa de Rafael Morales Mojica, hijo de Pedro Morales Argote, se la entrega a la comunidad.
En 1984, siendo gobernador del Departamento del Cesar Luis Alberto Rodríguez Valera, para enaltecer a su santa patrona, le hace construir una moderna iglesia con su casa cural, la obra fue diseñada por la arquitecta Yolanda Trujillo de Mestre y construida por el también arquitecto Helcías Rodolfo Castilla Valera.
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