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La tensión en Venezuela nos preocupa y asusta

El clamor del pueblo venezolano por la normalidad institucional de su país es un tema que, como territorios fronterizos, al Cesar y La Guajira también les debe preocupar, debido al impacto que ello implica en diversos aspectos de estos departamentos.

En editoriales anteriores e informes periodísticos de EL PILÓN hemos puesto de contexto nuestra situación fronteriza señalando que en los 25 municipios del Cesar viven 45.121 migrantes venezolanos, la mayoría en Valledupar y que, además de la cultura, ambos territorios están conectados por el comercio.

Eso indica que la relevancia del asunto, para nosotros, es la economía regional, por ello en estos momentos se añoran esas viejas épocas en las que el intercambio comercial era fluido y de mucha dinámica. Miles de habitantes de La Guajira y del Cesar, sin mencionar departamentos como el Magdalena y los santanderes, entre otros, vivían de la oferta y demanda de productos entre Colombia y Venezuela. He ahí la importancia de que el país vecino recobre la paz político administrativa.

Que vuelva esa dinámica comercial es lo mejor que le podría pasar a los territorios fronterizos tanto colombianos como venezolanos, pero para que eso suceda deben darse unas condiciones y decisiones políticas de grueso calibre, pero en especial de respeto y acatamiento a los principios democráticos.

La situación de Venezuela es delicada y de sumo cuidado, cuya solución debe estar por encima de las ideologías y polarizaciones políticas. No se puede ser partidario de fijar posiciones a favor de uno u otro bando, lo que debe primar es la defensa de la democracia, a ello deben apuntarle todas las partes mediadoras.

Independiente de si Nicolás Maduro es buen o mal presidente – y todo indica que ha sido una gestión tan negativa cuyo saldo es un éxodo forzado de millones de personas- se debe respetar la decisión de las mayorías reflejadas en las pasadas elecciones presidenciales, donde la oposición con actas públicas ha dado muestras de que los resultados fueron abrumadoramente a favor de su candidato Edmundo González, mientras que el régimen actual no ha podido soportar y demostrar su supuesta victoria, nunca dieron a conocer los documentos notariales que así lo certifiquen, pese a que la comunidad internacional lo exigía para validar el triunfo electoral.

La autodeclaratoria de ganador del régimen de Maduro ha intensificado la tensión y la zozobra en el pueblo venezolano, tanto que ni analistas, ni expertos se atreven a vaticinar el desenlace del panorama político en Venezuela. Por el momento no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar, la incertidumbre es total porque la oposición está más fuerte que nunca, mientras que los miembros del gobierno no dan el brazo a torcer. Cualquiera que fuera el resultado de seguro lo vamos a sentir en el Cesar y La Guajira.

Así las cosas, ha llegado el momento para que el presidente Maduro deponga los intereses particulares y partidistas y en su defecto busque una salida negociada a la crisis que vive Venezuela.

De todas maneras, tanto en el Cesar como en La Guajira debemos estar preparados y cautelosos frente a cualquiera de los escenarios que han de presentarse este 10 de enero que es la fecha de inicio de un nuevo mandato presidencial en Venezuela. Podrá acceder al gobierno el elegido en verdad Edmundo González; o- lo más probable – seguirá la dictadura Maduro?

Categories: Editorial
Ketty Gutierrez: