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La tecnología y la nueva generación de idiotas

Muchas veces nos hemos visto ante situaciones de impotencia; impotencia que nos genera el  no poder hacer nada, por cosas  que a ojo de buen cubero, nos parecen injustas. Vemos circular en las redes sociales, vídeos, fotos y toda clase de situaciones que se muestran casi en el acto, incluso en vivo: peleas entre mujeres, atracos, escenas donde se evidencia el maltrato infantil, asesinatos, borrachos sin identidad ¿Usted no sabe quién soy yo?  En fin, vainas que se propagan como virus sin distingo de color, ideal político, credo o religión.

Ocupa mi atención  el hashtag o etiqueta que rueda por los medios, con la invitación a volver viral frases de inconformidad y rechazo ante la injusticia cometida en el caso Colmenares, el joven estudiante guajiro asesinado en extrañas circunstancias en Bogotá, #YoSoyColmenares y #Justicia.

A pesar de la inconformidad y pretendiendo actuar en derecho lógico, a nuestro entender, esto no sirve para nada. No va a revivir el muerto. Tampoco hará que una mala decisión de un juez sea corregida, ni pondrá al señor “Juanma” a pensar diferente. Mucho menos hará que las cosas se hagan como pensamos. Nada que ver. Algunos dirán, es una forma de reclamar y de rechazar lo injusto; puede que así sea, sin embargo no creo que esto sea efectivo. Lo máximo que se puede lograr es aumentar contactos y la posibilidad de caer en redes de hackers que sustraen datos de tus cuentas y terminan robándote. Solo para eso sirven las famosas cadenas; cadenas en las que recibirás a vuelta de correo el milagro esperado por años: conseguir empleo; que vuelva la mujer amada, el novio o marido infiel.

De eso tan lindo con solo mandar un mensaje u oración, no existe. No por enviar esos mensajes etiquetados vamos a cambiar la realidad del país o de un hecho en especial, no señor. Las cosas cambian cuando seamos conscientes y actuemos de otra forma. Si logramos controlar el letargo de los celulares y esa actitud de ensimismamiento que nos tiene jodidos. Si nos ponemos juiciosos a pensar y a actuar diferente y no con una etiqueta # previa. Somos más que eso.

Los niños están creciendo, y en eso hemos caído todos, con un solitario pensar; con un celular en la mano se  hace todo: dormir pocas horas, comer, estudiar, compartir en familia, pero cada uno chateando por su lado; ir a cine, jugar fútbol, pero virtual. Absolutamente todo es hecho con un celular en la mano. Es decir estamos y no. Es lo que vemos, y como son jóvenes e irreverentes hay que dejarlos.

El tema aquí es que eso, verdad absoluta, se volvió viral. Nos contagió a todos. El físico alemán de origen judío Alber Einstein, lo predijo, “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”. Resalto, llegará el momento en que la tecnología nos volverá como idiotas. He ahí la sentencia. Se está cumpliendo a cabalidad. Sólo Eso.

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Eduardo Santos Ortega Vergara: