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La sociedad civil y la Universidad Nacional

Ayer en la sesión del OCAD Caribe -Órgano Colegiado de Administración y Decisión- en Cartagena se logró lo que sin duda es el hecho más relevante y trascendental de nuestra historia, desde la creación del departamento del Cesar en 1967: la aprobación de la construcción y funcionamiento de la sede Caribe de la Universidad Nacional, en La Paz.

Las repercusiones de este hecho trascienden las fronteras del departamento y se irradian por toda la región Caribe. El pueblo costeño esperó casi 150 años para poder contar con una sede de la mejor universidad pública del país en su territorio, a pesar de representar el 21% de la población de Colombia. Y que bueno que sea en el Cesar donde se ha materializado este sueño.

El gobernador Luis Alberto Monsalvo ha conseguido, al año de posesionado, quizás el que será el mayor logro de su mandato.

La llegada de la Universidad Nacional no solo impactará la calidad de la educación superior en la región al convertirse en un referente de primerísimo nivel, el cual tendrán que emular las universidades locales, sino también tendrá un significativo efecto a nivel social, económico y cultural.

Los hijos de los sectores más vulnerables de la población que hoy están excluidos del acceso a una buena educación podrán estudiar, a precios accesibles, la profesión que ellos deseen.

Será la oportunidad para que todos aprovechen sus capacidades y desarrollen su talento sin irritantes discriminaciones económicas. 

La educación es el camino más directo a una sociedad más igualitaria y equitativa.

Si aspiramos, en esta época de TLC a ser competitivos en materia económica, nada mejor que contar con una población educada.

La población es el mayor recurso siempre y cuando esté preparada técnica y académicamente.

Valledupar debe convertirse en una capital regional del conocimiento y el saber.

Sin abandonar las ancestrales actividades agropecuarias, es hora de dar el salto a la modernidad y ser productores de conocimiento. La ciencia y la tecnología no deben ser ajenas a la vida de los estudiantes universitarios y la Universidad Nacional está a la cabeza en la investigación científica en Colombia.

Hay que celebrar también el gesto del gobernador de La Guajira, quien aportó para este proyecto parte de las regalías que le correspondían a su departamento. Un ejemplo admirable que le da un carácter regional a este logro. Más que dos departamentos somos una sola familia, una sola región. Un solo sufrimiento y una sola esperanza.

Nunca antes, desde los años sesenta cuando todos nos unimos sin diferencias de clase, color político o religioso en torno a la creación del Cesar, se había logrado tanta unidad en defensa de una idea.

La irrupción de la sociedad civil, con la presencia de destacados líderes sociales y políticos, en alianza con el sector privado y público, es la verdadera novedad de esta histórica gesta. Los parlamentarios brillaron por su ausencia.

El colectivo ciudadano fue el gran protagonista, a través del Comité Pro-sede, la Asociación de Egresados de la Uninacional y la marcha del ladrillo.

Hay nuevas formas de hacer política de verdad. Esperamos nuevas noticias de esta ciudadanía en movimiento. Algo nuevo y bueno está ocurriendo en el Cesar…

Categories: Editorial
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