Esta es una de las consecuencias mayúsculas de la II Guerra Mundial. Organismos internacionales que en Occidente han dado al traste con la soberanía nacional concebida por el tratadista francés Jean Bodin en el siglo XVl: Naciones Unidas (ONU), año 1945, San Francisco, USA, vigente desde octubre del mismo año.
Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por los Estados miembros, año 1948, en París. Es el instrumento líder para la acción de todos estos organismos internacionales.
Organización de los Estados Americanos (OEA), creada en 1948 por la Novena (9) Conferencia Internacional reunida en Bogotá, cuyo primer secretario General fue el expresidente Alberto Lleras Camargo.
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), firmado en Washington año 1949. Unión Europea (UE), institución económica y política que agrupa a varios países del continente europeo; inaugurada en Roma, año 1957, perfeccionada por varios acuerdos posteriores.
Las dos organizaciones precedentes no atañen a Suramérica, pero su radiación sí le llega. Sería extenso referir todas las ONGs que en el mundo se han constituido y que conforman los escuadrones que luchan contra las soberanías nacionales.
Todos son los sepultureros de esta institución cuyo proponente definió como el “poder absoluto y perfecto de una república”, el cual ha dejado de existir porque ha sido abrogado de derecho, y también, a veces, de hecho, por sus asambleas, consejos, parlamentos, tribunales, comisiones que mueven las múltiples actividades que la sofocan, imponiéndoles su propia soberanía de un ‘Súper Estado’ en que se han convertido.
La soberanía estatal tradicional ha quedado al garete y su fragilidad está causando muchos problemas ya que las instituciones (presidencial, legislativa y judicial, y otras) se ven acorraladas e inanes ante la nueva soberanía internacional avasalladoramente ideologizada por la izquierda política.
Los contrapesos políticos democráticos internos de cada país también se han debilitado por el mismo virus ideológico, productores de diversos “choques de trenes”. Si los Estados nacionales están siendo atacados en su integridad por tan grave tesitura es obvio que los gobiernos respectivos se tornan incompetentes.
Tales gobiernos ya no se deben a sus conciudadanos sino al ‘Estado supraconstitucional’ al que rinden pleitesía. Por lo cual se puede afirmar que su democracia está en modo invernadero. Sin embargo esto está ocurriendo solo en los países latinoamericanos, quienes temen las sanciones que se les impone, no en los países desarrollados como USA, los de Europa, China, Japón, a los que les tiene sin cuidado la jurisdicción de aquellos organismos.
Finalmente, un gesto de rebeldía al respecto fue el reciente Brexit de la Gran Bretaña, que resolvió separarse de la Unión Europea. Desde los montes de Pueblo Bello.
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