Al hacer un monitoreo de medios nacionales de comunicación en esta nueva semana, cuando ya avanzan a mucho ritmo las campañas electorales regionales, varios de ellos coincidieron en abordar a los distintos candidatos a las alcaldías de las principales ciudades del país para conocer los temas banderas por los que trabajarán en el evento de ser elegidos.
El factor común que preocupa a la mayoría de los candidatos es, sin duda alguna, el tema de la seguridad de sus ciudades y sobre ese aspecto se escucharon diversas ideas y propuestas en pro de garantizar la tranquilidad ciudadana.
Pero en medio de la diversidad de criterios, casi todos coinciden en las mismas propuestas, las cuales van desde el fortalecimiento del tejido social con base en políticas públicas dirigidas a la juventud, en el sentido de que estas permitan hacer de ellos ciudadanos valiosos y útiles a la sociedad y no que representen un eventual riesgo en el futuro inmediato, como ocurre en muchas ciudades.
Todos hablan de hacer grandes inversiones económicas en materia de seguridad y para ello tendrán que replantear gran parte de las vigencias presupuestales de cada año y durante todo su mandato, es decir, que podrían llegar hasta el punto de comprometer vigencias futuras para poder financiar sus ambiciosos planes de seguridad.
Planteado así, se podría decir que es la mejor manera de enfrentar ese enorme compromiso, la forma acertada es mirarlo con toda la seriedad del caso y no caer en la famosa frase de cajón que también aplican para el problema del desempleo: “ese es un fenómeno nacional y le compete al Gobierno nacional”. Sí, eso tiene mucho de cierto, pero sería también la excusa perfecta para lavarse las manos y no hacer nada al respecto.
En el caso nuestro, consideramos que el peso específico del tema amerita un debate puntual con los candidatos a la alcaldía, propiciar un escenario abierto en el que todos los aspirantes a regir los destinos de Valledupar se concentren de manera exclusiva a ventilar las posibles soluciones a la ola de inseguridad que enfrenta la capital del Cesar.
Aquí también se han escuchado propuestas e ideas de nuestros candidatos a la alcaldía para combatir la inseguridad, pero es hora de conocerlas a profundidad, que el ciudadano, en este caso el electorado, las asimile y trate de entender o verificar la viabilidad de su implementación y sus posibles resultados. En esto no se puede seguir improvisando porque la situación ya está tocando fondo.
Sería bueno que se echara una ojeada a las ideas planteadas para otras ciudades y ajustarlas a la situación nuestra. También es muy recomendable una mirada al mundo, a esas grandes ciudades que manejan buenos indicadores en materia de protección ciudadana y se muestran como las más seguras del planeta.
Al respecto, los últimos estudios revelan que las diez ciudades más seguras del mundo son: Copenhague, con un índice de seguridad del 82,4%; Toronto, Singapur, Sídney, Tokio, Ámsterdam, Wellington, Hong Kong, Melbourne y Estocolmo que alcanza el 78 por ciento de seguridad de sus habitantes. También observar algunas buenas experiencias de ciudades intermedias latinoamericanas, y nacionales como en el caso de Tunja.
Revisen señores candidatos cómo hacen estas ciudades para garantizarle seguridad a sus habitantes y, guardadas las proporciones, mirar qué cosas parecidas se podrían hacer en Valledupar. El próximo alcalde que logre controlar ese fenómeno, muy seguramente tendrá que pasar a la historia como uno de los mejores. Es un clamor a gritos, así de grave están las cosas. Y a todas estas: ¿qué pasó con la Policía Metropolitana?