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La segunda mitad del periodo de los alcaldes 

Cuán importante es que, los secretarios y los asesores de despacho de las administraciones municipales, entiendan que de aquí en adelante el sol ya empieza a buscar la espalda de cada uno de los alcaldes; pero más importante es que los propios alcaldes tengan claro que las directrices que impartan a sus subalternos deben concretarse con resultados en los próximos 24 meses.

Cada alcalde debe tener claro hasta dónde llega su mediano y largo plazo y así transmitirlo especialmente al nivel directivo y al nivel asesor de su administración.  

Es ahora y no después, que se debe revisar cuáles metas del plan de desarrollo municipal pesaban más, a cuales no se han orientado recursos, las metas específicas que se han cumplido, las que se pueden cumplir y las incumplibles. Así mismo qué iniciativas de la planeación estratégica de la administración municipal se ha materializado en proyectos e inversiones concretas. 

Los alcaldes deben mirar qué proyectos, de los que se pretenden materializar en sus municipios, contarán con el concurso del presupuesto de la nación, en el entendido que, vulgarmente hablando, el presupuesto nacional ya se acabó y que el gobierno está culminando su periodo, eso para decir que lo que no se logró con la participación del gobierno nacional en vigencias anteriores, se vuelve complejo concretar este año.

Así como que tanto cuenta cada municipio con recursos propios, que tanto de los mismos se destinarán en esta vigencia y la próxima para gastos de funcionamiento o para el servicio de la deuda.  

El alcalde debe mirar para qué fue oportuno, en términos de su administración,  la facultad para reorientar rentas de destinación específica, que dio a los alcaldes el gobierno nacional con ocasión del coronavirus; el término para dicha reorientación de rentas, no podía exceder el 31 de diciembre de 2021.

También deben mirar los alcaldes, con ocasión del inicio de la segunda mitad del periodo para el que fueron elegidos, que todo documento que se deba radicar ante el Concejo Municipal, debe empezar a construirse desde ya, así como los aspectos relacionados con su concertación. Se debe saber qué se espera con un proyecto de acuerdo municipal y no presentarlo simplemente por hacer ejercicios inciertos.

Es ya y no después, el momento de determinar qué secretario de despacho dio la talla y cuál no, es más que claro que el único que no puede ser fusible es el propio alcalde; cuál sectorial necesita ajustes. Los funcionarios del nivel directivo y del nivel asesor de la planta de personal de una alcaldía municipal son funcionarios de libre nombramiento y remoción, por lo tanto es el propio alcalde quien determina cuando cumplieron su ciclo dentro de la administración pública. 

Uno entiende que son muchos temas, estos alcaldes en particular a propósito del covid, bailaron con la más fea; hoy son quienes asumen en gran parte la inconformidad de los más de 21 millones de personas que viven en la pobreza (7,4 millones en pobreza extrema), un costo social para el país que padecen los municipios. Pero también es de entender que el asunto es de gestión y de mostrar la infraestructura (pavimento), pero también empleo y seguridad. 

La segunda mitad del periodo de los alcaldes, implica que los respectivos aliados políticos entiendan que un alcalde está obligado a dejar un sello que lo identifique y que haga visible su gestión, en consecuencia, es importante que los aliados políticos de una administración municipal trabajen para el alcalde y no para ellos mismos. 

Por encima de todo, se trata que el mismo alcalde entienda que su segunda mitad del periodo es una carrera de resistencia y al mismo tiempo de velocidad, en la que sus aliados y sus subalternos deben acompañarlo, entendiendo que el único que no puede ser fusible es el propio alcalde. 

Por José Antonio Soto Murgas 

Categories: Columnista
Tags: alcaldes
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