Para Diana Marcela Cala Amaya cocinar es un don con el que nació. Su sazón es reconocida por el paladar de los habitantes del barrio Panamá en la ciudad de Valledupar, donde reside hace 14 años y donde se ha dedicado a la venta de fritos para poder sacar a su familia adelante.
Una publicación realizada por EL PILÓN, donde se anunciaba la realización de la Feria Gastronómica Valledupar en ‘Boca de Todos’ fue el impulso para que esta barranquillera se inscribiera y pudiera participar con el fin de financiar un procedimiento médico que debe realizarse el próximo sábado 26 de junio en la ciudad de Santa Marta.
Un dolor de cabeza fue la primera sintomatología que presentó esta mujer de 48 años, y aunque hizo caso omiso a este malestar, en noviembre pasado le empezó a ‘pasar factura’. Lo que parecía una irritación en la vista, llegó a recibir el diagnóstico médico de conjuntivitis, luego celulitis y finalmente una alergia.
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Aunque Diana empezó a recibir tratamiento, los síntomas persistían, sumándole fuertes dolores de cabeza y el adormecimiento de gran parte de su rostro. “Yo logré ir a Santa Marta y Barranquilla a hacerme varios estudios porque aquí en Valledupar no los realizaban; estoy a la espera de los resultados de una biopsia para saber qué tengo, todos estos procedimientos los valorará el cirujano oculoplástico en Santa Marta”, relató la mujer.
Con un dinero prestado logró hacer los 292 fritos que vendió en el marco de la Feria Gastronómica que se realizó en el parque Los Algarrobillos el pasado 19 y 20 de junio. El apoyo de su familia fue fundamental para poder darles a degustar a los visitantes la sazón que caracteriza a los alimentos que prepara.
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“No ha sido fácil para quienes vivimos del día a día poder recuperarnos de los estragos que ha dejado la pandemia y más cuando uno empieza a enfermarse. Le agradezco a Dios por esta oportunidad, a ustedes diario El Pilón por la difusión de estos eventos y los organizadores de la feria”, expresó Diana.
Añadiendo además: “Este tipo de eventos han sido una bendición, hay muchas familias en estas condiciones y desde luego son de mucha ayuda; son eventos que deben hacerse más seguido”.
Mientras llega la fecha en la que Diana Marcela Cala recibirá la atención médica requerida, su corazón agradecido se aferra en la fe de que todo saldrá bien para poder retomar su negocio, puesto que desde hace ocho meses debió cerrarlo a raíz de la pandemia y luego de su enfermedad.
Por: Dannia Delgado Cardona