Diversas opciones tienen los municipios del Cesar en materia hídrica, una riqueza anhelada por otras poblaciones que no cuentan con ríos para abastecer a sus pobladores.
En 20 de los 25 municipios que tiene el departamento, sus habitantes disfrutan de agua captada desde los ríos, especialmente en las cabeceras municipales porque en corregimientos y veredas hay otras ofertas hídricas que también sirven como potenciales para el suministro del líquido.
Solo cinco poblaciones deben recurrir a la captación de agua subterránea o pozos profundos, como comúnmente se les conoce, que en su mayoría son liderados por la empresa Aguas del Cesar, vigilados por la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, y la Secretaría de Ambiente del Cesar.
Dicha oferta ha venido siendo plasmada en el marco de la campaña: ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’, liderada por EL PILÓN, QUe busca el empoderamiento de la comunidad con sus recursos naturales, especialmente el agua.
Normalmente se conoce sobre la riqueza que nos aportan la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, básicamente de estos dos macizos montañosos destilan más de 20 ríos que atraviesan las poblaciones cesarenses y se encuentran, en su mayoría, con el río Cesar.
Se conoce de esa manera a otros afluentes importantes como el Guatapurí, pero también existen esos de caudal corto que generan beneficios para las comunidades más apartadas de Valledupar, capital del departamento.
La Secretaría de Ambiente del Cesar mantiene una radiografía sobre ese conjunto de cuerpos de agua que nutren las cabeceras municipales, establecido de la siguiente manera:
Valledupar: río Guatapurí
Aguachica: quebrada Buturama
Agustín Codazzi: río Magiriaimo
San Diego: río Chiriaimo
Bosconia: pozo profundo
Chimichagua: pozo profundo
El Copey: río Ariguaní
San Alberto: río San Alberto del Espíritu Santo
Curumaní: quebrada San Pedro
El Paso: río Ariguaní
La Paz: río Chiriaimo
Pueblo Bello: río Ariguaní
La Jagua de Ibirico: río Sororia
Chiriguaná: pozo profundo
Astrea: pozo profundo
San Martín: quebrada Torcoroma
Pelaya: quebrada Singararé
Pailitas: arroyo Hondo
Gamarra: río Magdalena
Manaure: río Manaure
Río de Oro: río de Oro
Tamalameque: pozo profundo
Becerril: río Maracas
La Gloria: río Magdalena
González: quebrada Cundina
Todos estos ríos, en su gran mayoría, son parte del conjunto que conforman la gran cuenca del río Cesar, que en este departamento pasa por Valledupar, La Paz, San Diego, Agustín Codazzi, Becerril, El Paso, Astrea, Chiriguaná y finalmente termina en la ciénaga de Zapatosa en Chimichagua, y el río Magdalena, en inmediaciones de El Banco.
“El Cesar tiene unas ventajas muy importantes, dado su posicionamiento geográfico con las dos despensas hídricas más importantes del país, como son la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía de Perijá, donde nacen todos los ríos que abastecen los acueductos municipales; esto es muy interesante dado que la oferta permite hoy hablar de que sus ríos abastecen el departamento en un 80 % y el otro 20 % se abastece con pozos profundos”, declaró el secretario de Ambiente, Andrés Arturo Fernández.
Según el funcionario, hay ciertas prevenciones, especialmente en la actual temporada de lluvias que atraviesa el departamento, dado que los ríos incrementan sus niveles en caudales y ocasionan muchas veces riesgo en las bocatomas de los acueductos locales.
“Se han presentado varias emergencias como en el municipio de La Gloria, especialmente en el corregimiento de Ayacucho y de Besotes, dado que las fuentes hídricas se desbordaron llevándose consigo las bocatomas de los acueductos, lo mismo ha venido ocurriendo en el río Guatapurí, con la muerte de los peces como lo informó Corpocesar, asimismo hay una serie de situaciones que invitan a la comunidad a tomar consciencia frente al cambio climático y los distintos fenómenos climatológicos que se notan en las catástrofes que actualmente vivimos”, acotó Fernández.
Son distintos los proyectos que podrían ejecutarse en el Cesar con base en las fuentes de agua que surten a los acueductos, establecidos en las cabeceras municipales, pero las autoridades ambientales creen que puede mejorarse en temas como tratamiento de aguas residuales; dragado para incentivar a la navegabilidad de otrora; control de la autoridad ambiental en afluentes que caen a su cuenca; producción de implementación sostenible para el aprovechamiento agrícola y pecuario; al igual que estructuración del Pomca (Plan de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca) en la cuenca media-baja del río Cesar, que está en manos de Corpocesar.
Los inconvenientes
El no tener una fuente de agua natural hace que pobladores del Cesar consuman agua no potable o inviable sanitariamente, tal como le sucede al municipio de González, donde el Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para Consumo Humano, IRCA, llega al 80.1 %, eso quiere decir que no se puede consumir el líquido. Así lo evidencia el reciente informe del Sistema de Vigilancia de Calidad de Agua Potable, Sivicap, del Instituto Nacional de Salud, tras analizar muestras analizadas en los meses de enero hasta agosto de 2017.
Lo mismo sucede con Bosconia, Astrea, Chimichagua, El Paso y Pailitas, que tienen agua con riesgo alto; La Gloria y Pelaya está en riesgo bajo; mientras que Gamarra, La Paz y Manaure registran riesgo medio. En contraste, algunos municipios cumplen con las exigencias de calidad del agua, los cuales son: Aguachica, Agustín Codazzi, Becerril, Chiriguaná, Curumaní, El Copey, La Jagua de Ibirico, Pueblo Bello, Río de Oro, San Alberto, San Diego, San Martín, Tamalameque y Valledupar, que están sin riesgo, esto se basa según la Secretaría de Ambiente departamental en que tiene la fortuna de consumir agua tratada con bajo estándares de sal o sólidos.
Quienes consumen este tipo de agua contaminada tienen el riesgo de contraer fiebre tifoidea, diferentes tipos de diarrea, parasitosis y enfermedades virales como la hepatitis A.
En Astrea, sostiene el alcalde Sandy Sepúlveda, captar agua desde el río Cesar es muy complicado porque el afluente está a una distancia considerable y sería muy costoso llevarlo hasta la cabecera municipal.
“Son entre 27 a 30 kilómetro, además que nos tocaría realizar un estudio técnico para revisar la viabilidad ambiental para brindar agua desde el río Cesar a nuestro pueblo”, declaró Sepúlveda.
El río Cesar pasa por el corregimiento de Santa Cecilia, muy cercano al también corregimiento de Arjona. Sanitariamente Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional. Por ahora, la empresa Aguas del Cesar está ejecutando un proyecto de consultoría, no de obra física, para el diseño del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, que está formulado y aprobado por la Gobernación del Cesar, que cuenta con una inversión cercana a los $900 millones.
“El agua en Astrea es muy bicarbonatada, tiene muchas sales minerales y por ende es salada, estamos buscando las alternativas que nos puedan brindar agua en mejores condiciones para tratarlas y brindárselas a la comunidad”, sostuvo Sandy Sepúlveda.
Inversiones
Para mejorar las condiciones precarias que tienen algunas poblaciones por el consumo de agua contaminada, desde la Secretaría de Salud Departamental se vienen articulando acciones para encontrar soluciones al problema.
Por ejemplo, en Chimichagua se vienen haciendo adecuaciones al sistema de tratamiento de agua para el consumo humano con una inversión de $600 millones, cuya terminación se tiene prevista para diciembre de este año. En El Paso se han invertido $1.400 millones, para el sistema de tratamiento de agua en el corregimiento de La Loma, gracias a aportes de empresas mineras; y en la cabecera municipal se aspira que al inicio del próximo año arranque la construcción de la planta de tratamiento, que tiene un costo de $2.100 millones.
En Pailitas los operarios se encuentran en capacitación a través del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, y recientemente fue firmado un convenio entre la empresa de servicios públicos y la alcaldía para realizar mejoras al sistema de tratamiento y adquirir los equipos de laboratorio.
La administración de González, en asocio con Aguas del Cesar, ha formulado un proyecto con plazo de ejecución de seis meses por un valor de $1.475 millones para la construcción de la planta de tratamiento.
La campaña
Con la campaña: ‘Ha2lO, por ti, por mí, por nosotros’, EL PILÓN busca que los habitantes del Cesar no sean un reflejo de la destrucción, especialmente en los temas de atención que merece el medio ambiente y el uso racional del agua.
Contribuir con la generación de conciencia ciudadana frente al debido cuidado de los bienes naturales es uno de los objetivos de Ha2lO, especialmente porque el agua es nuestro recurso natural más vital y en el Cesar, el Sistema de Vigilancia de Calidad de Agua Potable del Instituto Nacional de Salud, no refleja los mejores resultados en poblaciones como González, Bosconia, Astrea, Chimichagua, El Paso y Pailitas.
El Plan de Ordenamiento del Recurso Hídrico del río Cesar, estructurado por la Universidad del Atlántico para Corpocesar, indica que la ecorregión Valle del Río Cesar cuenta con suelos de alta productividad, por lo que tradicionalmente se ha constituido en uno de los pilares sobre los que se sustenta el potencial económico del Cesar. Entre ellas sobresalen la ganadería, la agricultura, la agroindustria y la minería, que finalmente termina afectando el potencial hídrico del río Cesar para abastecer a los habitantes de zonas establecidas en veredas y corregimientos de San Diego, El Paso, Astrea y Chimichagua.
Sanitariamente, Astrea es un municipio inviable en el tema de agua potable, para mejorar necesita el apoyo del orden departamental y nacional.
Con la campaña ‘Ha2lO: Por ti, por mí, por nosotros’, EL PILÓN busca concientizar a la población a cuidado que merece el medio ambiente.
“La oferta hídrica permite hoy hablar de que sus ríos abastecen el departamento en un 80 % y el otro 20 % se abastece con pozos profundos”: Andrés Arturo Fernández.
Por Carlos Mario Jiménez
Carlos.jimenez@elpilon.com.co