Resulta increíble cómo una mala decisión puede convertir un mes de alegría y fiesta para todos en una tragedia familiar.
Conducir ebrio, después de trasnochar o a velocidades no permitidas puede convertir a diciembre en una tragedia, como lastimosamente lo hemos registrado en nuestras páginas en los últimos días.
Cinco muertos, cinco vidas perdidas, por una imprudencia en vías de La Guajira, fue el resultado de un accidente registrado el pasado 25 de diciembre.
Luego la agrupación de Omar Geles sufrió un susto en vías del departamento de Córdoba, afortunadamente ninguna víctima fatal.
Y para completar, un ‘toque’ en el corregimiento de Patillal terminó en una tragedia cuando un grupo de jóvenes músicos regresaba a casa y perdieron el control del vehículo. ¿Resultado? Un joven de 22 años muerto. Y hay más casos por enumerar, pero hasta ahí es suficiente el dolor.
Detrás de cada víctima está una familia que quedará marcada para siempre y que este mes representará el más triste del año.
Viene fin de año, y luego las vacaciones de enero, donde muchos viajan para encontrarse con sus seres queridos o visitar nuevos lugares con la idea de vivir una nueva experiencia.
Seamos responsables, por nosotros y por los que nos rodean, porque en este accidentado diciembre muchos han perdido la vida por culpa propia o la irresponsabilidad de un tercero.
Urge cuidarse este fin de semana que se acerca. Además de ser fin de año, datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses señalan que los días de más accidentes de tránsito en Colombia son los sábados y domingos.
Por eso, antes de viajar no olvide realizar un mantenimiento preventivo al vehículo, en caso de viajar en auto privado.
Esa revisión a su vehículo debe hacerse con frecuencia para conocer el estado de cada uno de los componentes del carro o motocicleta.
El afán y la confianza son letales, lo mejor es respetar las distancias. No respetar el espacio entre un vehículo y otro es uno de los errores más comunes en las carreteras del país, y aunque parece obvio, al mismo tiempo es uno de los factores que más generan accidentes.
Y aún más importante, preocuparse por el estado de salud y físico de quien conduce. Vigilar que haya dormido bien, y sobre todo, que no haya ingerido alcohol. Al recorrer largas distancias es necesario detenerse, pararse y caminar, estirar los músculos, respirar, cerrar los ojos y descansar.
Para esto es fundamental hacer pausas y consumir alimentos ligeros que no entren en conflicto con la concentración de quien conduce.
Se puede exigir mejor estado de las vías, mejor señalización y el acompañamiento de oficiales de control (aunque estos últimos se tornan incómodos para muchos conductores, pues en ocasiones se pasan…) y alegar que por esas ausentes circunstancias se presentan los accidentes. Pero el buen conductor debe prever el tipo de ruta que transita, sus peligros y fallas.
Tomar decisiones responsables a la hora de conducir puede ser la diferencia entre un diciembre alegre en familia, en paz, o terminar el año lamentando la pérdida de un ser querido.