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La responsabilidad del periodismo de opinión

Cada vez crece el consenso sobre las múltiples implicaciones que las nuevas tecnologías tienen en el ejercicio, la práctica y la trascendencia del periodismo, en todos los medios. Esas nuevas tecnologías transmiten millones de datos y mensajes al instante que hace rato que acabaron con el famoso “síndrome de la chiva”, anterior ilusión de muchos reporteros.
En la actualidad, cuando los medios de comunicación publican una noticia ya la gente la conoce, en términos generales, a través de la Internet, las redes sociales y los aparatos celulares, voz a voz, lo que ha hecho una realidad, lo reiteramos, la aldea global de la que hablara Marshal McLuhan, reconocido teórico de las comunicaciones.
De allí que los medios de comunicación, principalmente los periódicos,  tengamos la gran responsabilidad de ir más allá de la noticia; explicar sus antecedentes, su contexto y sus implicaciones. En ese proceso de análisis, orientación y comentario de la actualidad, adquieren una importancia, cada vez mayor, los columnistas y comentaristas de prensa.
El diario EL PILÓN tiene una amplia y diversa nómina de columnistas, construida desde su fundación, poco a poco, gracias a la libertad de sus socios fundadores y actuales, pero también y – principalmente- gracias a la disposición de esas personas que desde la academia o el ejercicio de sus diversas profesiones, desde el derecho, la medicina, la economía, las ingenierías, la sicología, el periodismo, la docencia, entre otras, colaboran con el periódico con entusiasmo, dedicación y sin recibir ninguna remuneración.
Seguimos fieles a la filosofía, y a la política de respetar la libertad de cada uno de nuestros columnistas; a los cuales sólo les sugerimos conocer y aplicar las políticas editoriales del diario, encaminada a que esa opinión tenga un fin altruista, pensando en el interés común de orientar y formar a nuestros lectores. Esa es una gran responsabilidad y ellos nos ayudan en esa tarea fundamental.
Los columnistas tienen un respaldo tácito de la Dirección y del Consejo Editorial de este diario para expresarse de manera libre, pero responsable, como lo establecen la Constitución de 1991 y las normas que rigen el derecho de las comunicaciones.
No obstante ese sagrado derecho, que defendemos, respetamos y hacemos respetar no puede ser utilizado para injuriar y calumniar a una persona o a una institución, sea esta pública o privada, desconocida o muy reconocida. No importa.
Igualmente recomendamos e insistimos internamente y de manera privada en la necesidad imperiosa de hacer un buen uso del lenguaje; es decir, una prosa sencilla, clara y concreta, obviamente con aplicación de las normas ortográficas. En ese orden de ideas, rechazamos el lenguaje soez y vulgar, que no debe utilizarse escudado en esa libertad de opinión.
Hoy, volvemos a recordar que la columna de opinión es también un privilegio que le otorga el periódico a sus colaboradores, pero que estos se ganan con, día a día, con la confianza y la credibilidad que inspiran en los lectores. En buena parte el periódico en sus páginas de opinión es sólo un medio, pero la relación más importante es la que se establece entre el comentarista y los lectores, algunos por compartir sus opiniones y otros, precisamente, por lo contrario.
De igual manera, invitamos a nuestros lectores a comentar los artículos de nuestros columnistas y colaboradores, por medio de la página web y de la sección de carta de los lectores, pero también a hacerlo con altura, sin ofender, con tolerancia y respetando, obviamente, las opiniones contrarias; de eso se trata la libertad de expresión y de debate en una democracia.

Categories: Editorial
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