Que el Colegio Médico Colombiano – CMC, con ocasión de la crisis ocasionada por el Covid – 19, esté solicitando al gobierno nacional que se garantice todo pago atrasado a los médicos; no es nada distinto que la constante de tiempo atrás que se vive en muchas partes del país no solo en lo que corresponde a los médicos, también frente al personal de la enfermería y el resto de trabajadores de la salud. Con o sin coronavirus.
La actual emergencia sanitaria, debe dar para entender que a los médicos corresponde garantizarles unas condiciones de seguridad adecuadas en sus trabajos; pero que lo mínimo, es que las instituciones de salud les paguen los salarios y remuneraciones atrasadas. Insisto es lo mínimo.
Cabe preguntarse en el marco de las competencias y funciones de los Ministerios de Salud y Protección Social y del Trabajo, así como de la Superintendencia Nacional de Salud, como disponer de lo necesario para que se realice el giro de recursos a las IPS destinados exclusivamente para el pago de remuneraciones al talento humano en salud y estas paguen lo pertinente.
Como lograr, en especial durante esta crisis, unas garantías laborales de estabilidad, pago oportuno en la remuneración y un escenario donde con celeridad las IPS se pongan al día en sus pagos al recurso humano. Un escenario que además conlleve, a que preferiblemente ningún contratista de prestación de servicios profesionales en salud quede cesante durante la cuarentena.
Que las administraciones públicas del orden nacional y del nivel territorial y la sociedad colombiana en general piensen en cómo prevenir el contagio del coronavirus es normal y una preocupación natural; pero que como accidente laboral exista especial preocupación en los médicos, los enfermeros y otros profesionales de la salud que tienen que cuidar y tratar a personas infectadas con Covid -19, también es entendible y de tener realmente presente.
Si bien es claro, la racionalidad en los recursos debe primar en cualquier valoración laboral y en especial de remuneración; no es menos claro, sin emotividades, que tratándose del coronavirus los únicos héroes son los médicos, los enfermeros y el resto de profesionales de la salud, solo ellos. En consecuencia merecen ser bien remunerados, más aún que se les pague las remuneraciones atrasadas.
Según la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina – ASCOFAME, en Colombia existen cerca de 115.000 médicos, para una tasa de 2,7 por 1.000 habitantes, de los cuales 27.000 son especialistas. En España la proporción de médicos es de 3,9 y en Italia 4 por cada 1.000 personas.
La recesión pareciera insalvable; el daño grave de la pandemia del coronavirus es inevitable. Porque someter a los médicos y al resto de profesionales de la salud al mismo suplicio económico, con él que incluso muchos ya venían desde antes del Covid – 19.
Normalmente, el programa de medicina se desarrolla en doce (12) semestres académicos incluyendo el año de internado en un hospital a eso corresponde sumarle él costo de la carrera. Dignificarlos, más que un tema coyuntural debe ser una constante.
Evidentemente nadie busca señalar al sistema de salud en Colombia, pero sí recordar que la coordinación, dirección y control está a cargo del Estado. El Estado en consecuencia debe velar por las condiciones de remuneración del recurso humano que labora dentro del sistema.