Por Celso Guerra Gutierréz
La tierra en pocas manos, latifundismo, ha sido un problema que ha ocasionado grandes guerras en el mundo, los gobiernos de Latinoamérica han querido paliar el descontento del campesinado desposeído, tratando de modificar esta práctica milenaria, con la reforma agraria que no es más, que una política que retorne las tierras y su producción a los que la trabajan, medida política que no se ha podido aplicar en la historia de Colombia, a pesar del esfuerzo de restitución de tierras , que hace el actual gobierno.
Nuestro juglares vallenatos, todos provenientes del campo, han sufrido los rigores de la pobreza extrema, producto de la tierra mal repartida, la voz de descontento la hizo sentir, el cantautor molinero, fallecido, Armando Zabaleta, quien junto al acordeonero “Chema” Martínez Argote, medio hermano del “Pollo Vallenato”, Luis E. Enrique Martínez, grabaron, en 1967, la canción “La Reforma Agraria”, en protesta por la mala aplicación de esta medida que hizo el gobierno de Carlos lleras Restrepo.
Cuando fue implementada esta ley por el Congreso, la protesta hecha canción, no se hizo esperar y llegó con Armando Zabaleta, según él y así lo registra la historia ,Lleras ,le incumplió al campesinado colombiano, que se quedó esperando que esta medida se convirtiera en su redención y por ende, en la del agro de nuestro país.
Denunciaba, Armando, la situación calamitosa por la cual estaban pasando campesinos del departamento del Magdalena, circunscripción política a la cual pertenecíamos para esa época ya que la entidad encargada de ese plan de tierras, el instituto colombiano de reforma agraria,”Incora”, no había entregado ni una sola parcela a los 15 mil personas que se creían con esos derechos, lo único que veían, era a los funcionarios de esa entidad, en carros flamantes en la total ociosidad.
A raíz de esta denuncia, el presidente Lleras Restrepo, pleno de soberbia y prepotencia, característica que siempre lo identificó, censuró la canción, mandó a recoger los pocos discos que había en el mercado, lo que despertó la curiosidad de los vallenatos y el resto de la región y este canto terminó disparándose en un tremendo éxito musical, logrando alcanzar para la época la venta record de 500 copias.
Fue de las primeras canciones vallenatas protestas o de carácter social, que se conocen en la fonografía nacional, que a pesar de contar con la oposición del gobierno de turno, logro una buena difusión.
Fue el comienzo de una larga cadena de canciones contestatarias o de protesta que se hicieron dentro del cancionero vallenato, donde sobresalieron los nombres de compositores de la talla, Leandro Díaz, quien tuvo la oportunidad que la “charanga América” de Miami le grabara la canción “Soy”, un reflejo de las más absoluta miseria en la cual vivió este gran maestro recién fallecido y en la que se refleja la situación de la mayoría de los países, desde el golfo de Méjico hasta la Patagonia.
Romualdo Brito, Hernando Marín y Mateo Torres, merecen un capítulo especial, en relación con la temática social.