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La reducción del desempleo debe ser un propósito nacional

La economía nacional sigue dándole buenas noticias al país; esta vez, por los lados del desempleo. En efecto, el director del DANE, Jorge Bustamante le acaba de informar al país que la tasa nacional de desempleo sigue a la baja y que en junio cerró en 10,9 por ciento, un 0,7 por ciento menos que a la misma fecha (junio), el año pasado. El indicador es positivo, más si se tiene en cuenta que se presenta junto a la tasa de ocupación más alta desde 2001.
En términos absolutos, Colombia registra 19 millones 732 mil personas ocupadas, es decir 595 mil más que un año atrás y un total de 2 millones 418 mil desempleados, 100 mil menos que en junio de 2010.

Según las cifras del DANE, en Valledupar también fueron positivas las cifras, ya que en la cifra bajó de un 12.7% registrado en el mes de mayo a un 11,5% en el pasado mes de junio.

Tal como se registra en el informe de la entidad, en la capital del Cesar, la tasa global de participación fue de un 59,7%; la tasa de ocupación, 52,8%; tasa de subempleo subjetivo 21,0% y la tasa de subempleo objetivo 10,5%.
Las cifras del DANE también muestran una reducción en la tasa de subempleo del 32,7 al 31 por ciento, en el mismo periodo analizado. Estos indicadores marcan una buena tendencia, en términos sencillos significan que más personas están buscando trabajo y el aparato productivo nacional está empleando más gente.
Durante varios años el país registró buenas tasas de crecimiento económico, pero el desempleo nada que reaccionaba, debido a problemas estructurales que tiene nuestra economía y que requieren una serie de reformas que el país no ha hecho.
El Presidente Santos habla sobre la posibilidad que este mismo año el país presente una tasa de desempleo de un solo dígito. Es válido el optimismo del Presidente, pero él mismo sabe que el asunto es con decisiones, con medidas que faciliten la inversión privada, nacional e internacional, mayor capacitación para la población desempleada, revisión de salarios y otros costos, entre otras acciones. Adicionalmente, está el tema de la informalidad que caracteriza nuestra economía.
El Ministro de Hacienda ha dicho que el país está en mora de debatir su tasa de tributación, teniendo en cuenta los impuestos nacionales, departamentales y municipales, que encarecen el montaje de un negocio y la creación de empresas. Y está, igualmente, el tema de los llamados parafiscales (aportes a las Cajas, al Sena y al ICBF), que, según varios expertos, son unos sobrecostos a  la generación de nuevos puestos de trabajo.
Recientemente, comentábamos en estas mismas páginas un informe del FMI sobre la coyuntura de la economía colombiana, en el que se elogiaba la situación del país, pero se señalaba el desempleo y la informalidad, como los dos principales lunares.
El gobierno ha dicho, en varias oportunidades que es necesario avanzar en la formalización de la economía colombiana, pero, hasta el momento, son pocas las decisiones que se han adoptado para poner en marcha tan loable propósito.
Hoy debemos reiterar que, consideramos es urgente la creación del Ministerio del Trabajo y el nombramiento del nuevo Ministro, para que desde esa cartera se lidere una discusión amplia, democrática y participativa sobre los obstáculos a la generación de empleo en el país y – principalmente- en las regiones con poco industrialización como la nuestra y con una tasa de desempleo superior a la del promedio nacional.
La generación de empleo debe ser un propósito nacional y regional, en el que deben participar el gobierno central y los territoriales, los empresarios, los sindicatos y la academia para discutir el problema y buscarle soluciones constructivas en una coyuntura de vacas gordas propicia para hacerlo.

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