No es la eliminación y mucho menos que haya sucedido una conflagración en la federación Rusa, territorio que celebra por estos días la copa mundo, representados en 32 selecciones de todos los continentes, máximo evento futbolístico que convoca el interés de millones de personas.
Se trata de un hecho sucedido en el departamento de Córdoba, límites con el departamento de Antioquia, muy cerca al río San Jorge.
En esa región curiosamente existen caseríos con nombre de países europeos que están jugando el mundial de fútbol.
Polonia, que está en el mismo grupo de Colombia, Bélgica, favorito del torneo, nombre también de la chalupa donde Alejo conoció a Irene Rojas, protagonista de la canción 039.
Albania que fue sacado en la ronda eliminatoria.
Rusia país sede, aquí en el caribe es una aldea de Córdoba, con nombre de república imperial, allí acontecieron los hechos que nos relata el maestros Gilberto Alejandro Duran Díaz, en la canción “La quema de Rusia”.
Dice el compositor Rafael Cueto, “La tragedia del incendio del caserío llamado Rusia, sucedió el 6 de enero de 1967, en una celebración de corralejas, donde se dieron cita los más importantes ganaderos de la región y personas en busca de buena fortuna, Alejo llegó allí con sus acordeones, para amenizar las fiestas, su música que era de buen recibo en la comarca”.
La corraleja y buena parte de las casas de bahareques y techo de palma, de sus habitantes campesinos, cogieron fuego, allí se barajaron posibles causas, sus moradores achacaron la tragedia a la falta de fe religiosa de las personas que bailaban un “currimbi”, como denominaban al salón de baile, amenizado con un picó, que instalaron al frente de la iglesia; el cura dijo que el hecho no permitió el oficio de la misa, lo que desató la ira de Dios.
La causa más acertada, comentaba Alejo, “era que al carecer Rusia de energía eléctrica, el propietario del baile, requería de una planta eléctrica, la que después de un prolongado tiempo de goce y amacice con el picó, hubo que reabastecerlo de gasolina con tan mala suerte que el empresario no apagó el motor, algunas gotas del combustible generaron chispas que ocasionaron el siniestro”.
Al fragor de la conflagración, Alejo llegó a la casa donde estaba alojado, temiendo lo peor con sus instrumentos, al notar que faltaba uno, preguntó a la anfitriona por su acordeón faltante, la dama respondió que se lo había entregado al muchacho que él había enviado.
Extrañado por esta respuesta, ya que él no había enviado a nadie, inmediatamente armó con sus amigos un grupo de búsqueda para recuperar su acordeón, las cuatro calles de Rusia confluían en solo lugar a la salida del pueblo, allí el corpulento Durán, encontró al muchacho, al que alzó por la pretina, al ser preguntado por el origen de ese acordeón, respondió asustado que Durán lo había enviado, a lo que el acordeonero respondió: “Tú eres marica, no ves que Durán soy yo, cuando carajo me habías visto tú en la vida”.