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La pujante Barranquilla

Por temas de negocio, el pasado martes fui invitado a una reunión entre gremios, empresarios y la Consejería Presidencial de Gestión, en Barranquilla, en la cual se estaba construyendo un ‘Acuerdo sobre lo fundamental’ para reactivar la economía y fortalecer el tejido empresarial de esa pujante ciudad.

En momentos como el actual, en los que la inestabilidad financiera de las empresas obliga a concentrarse en sobrevivir mientras se toman decisiones que puedan responder a los desafíos y oportunidades en el mediano plazo, estos encuentros de gestión público-privado, son claves porque construyen confianza, priorizan programas de inversión y reorientan de manera eficaz los presupuestos de ayudas. Alguien decía que un buen gerente debe ser bizco: tener un ojo bien puesto en la tierra y el otro escudriñando el panorama del futuro. 

Claramente, para echar a andar un piloto de reactivación económica público-privado, como el diseñado por el Gobierno nacional, Barranquilla es la ciudad ideal para ejecutarlo. Esta ciudad ha logrado en el mediano plazo unos excelentes resultados de crecimiento económico y social, fruto de una acertada escogencia de sus mandatarios, una buena planeación y del buen matrimonio que durante varios años conservan los alcaldes de turno con los gremios de la ciudad, bajo el liderazgo de la Cámara de Comercio de Barranquilla. 

El proceso de transformación de Barranquilla fue una estrategia de planeación a largo plazo que comenzó hace 14 años con los ex alcaldes Alex Char y Elsa Noguera, y continuó con Jaime Pumarejo. Y por supuesto, se van a necesitar por lo menos dos alcaldes más de la misma línea o perfil para terminar la tarea en los próximos años. Los barranquilleros la tienen bien clara y no piensan cometer el error de Cali, Medellín, ni el que cometimos en Bogotá, cuando le soltamos la administración de la capital a la izquierda en cabeza de Lucho Garzón, Gustavo Petro y Samuel Moreno. En 12 años, se propusieron acabarla y lo lograron. 

Cuando uno se baja del avion en Barranquilla, lo que ve es puro progreso. Es como una locomotora sin freno. Tienen la mejor tecnología de gestión catastral del país y planeación urbanistica. En los últimos 10 años han construido once grandes centros comerciales, centros de convenciones, zonas francas, terminales portuarios, autopistas internas e infraestructura de servicios públicos básicos, con lo cual han generado miles de nuevos empleos y lograron bajar la pobreza monetaria exterma del 10 % al 2 %. 

En materia de inversión a la competitividad empresarial y nuevas tecnologías para la transferencia de conocimientos a las nuevas generaciones de profesionales, micro, pequeños y medianos empresarios, los logros han sido aún mucho mejores. 

Haber escogido a Barranquilla como ciudad piloto para la reactivación nacional de la economía del país no es gratis, es el fruto de la gestión y los buenos resultados de un trabajo coordinado entre la administración y los gremios locales para convertirla en una ciudad pujante. Decía alguien que “cuando algo importante está sucediendo, guardar silencio es mentir”.

En el tintero. Extraordianaria la gestión del embajador barranquillero Jaime Amín, desde los Emiratos Árabes. Las ayudas en suministros médicos hacia Colombia superan los 80 millones de dólares.

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