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Las alegrías y los cuentos de ‘Pacho’ Rada

La primera muerte de Francisco ‘Pacho’ Rada se produjo en en San Jacinto, Bolívar.

La primera muerte del acordeonista Francisco ‘Pacho’ Rada se produjo en los años cuarenta en San Jacinto, Bolívar. Sin embargo, esta noticia luctuosa no se conoció en ese lugar sino en Plato, Magdalena. Fue una información que se esparció en esa localidad como la tierra que levanta del suelo un remolino sin que existan vientos previos ni otro tipo de advertencias.

Sin redes sociales o de mensajería, sin llamadas a través de celular o teléfono fijo, como medios para conocer detalles de lo que había sucedido con el acordeonero, la opción fue abordar a un comerciante que iba de San Jacinto a ese lugar a vender abarcas, sombreros, hamacas y mochilas. Este, sorprendido con lo que le indagadaban, respondía: “Carajo cuando yo salí esta mañana yo lo dejé parrandeando”.

Tiempo después de su primera muerte ‘Pacho’ Rada recordaba al vendedor y lo identificaba como su correo entre Plato y San Jacinto. Aseguraba, además, que cuando a este le preguntaban por él, respondía: “No, él está bueno, ahí con Carlos Guette tomando”.

Carlos Guette según el acordeonista: “Era un compadre que fue el que me llevó a San Jacinto y entonces allá no me dejaba vení, duré dos años en San Jacinto, allá parrandeando con esa gente”. Este era un hacendado y ganadero sanjacintero que lo contrataba durante uno o dos meses para que amenizara, con su acordeón, las parrandas que organizaba en sus fincas Bremen, Alemania y Cuba.

Ese día, en el que se supo la noticia luctuosa, en la medida en que el vendedor recorría las calles de Plato promoviendo sus artesanías, las preguntas sobre este hecho se multiplicaban. Este, sin molestarse por la insistencia, respondía: “No señor, eso es mentira, hoy salí de allá y por casualidad cuando yo salí lo dejé en la casa con José Manuel que allá estaban tocando”.

José Manuel, al que el vendedor se refería, era José Manuel García, conocido en San Jacinto como ‘Compae Joso’, quien fue intérprete del acordeón antes de que lo hiciera Andrés Landero, además de técnico en este tipo de instrumento en esa zona de los Montes de María.

Cuando el comerciante regresó a San Jacinto buscó a Rada para decirle lo que se comentaba en Plato. Lo encontró parrandeado en la casa de José Manuel García, ubicada en el barrio Santa Lucia. Entró a la casa guiado por el sonido del acordeón y las voces de los parranderos. Quien tocaba el acordeón era ‘Compae Joso’, quien tenía el instrumento sobre sus piernas, las que cubría con una manta de lana.

A Rada lo vio sentado en un taburete, con su acostumbrado sombrero vueltiao en la cabeza, y sirviéndose un trago de ron. Esperó a que se lo tomara para llamarlo: “Compae Pacho hágame el favor”. Este se levantó a atenderlo, seguro de que le traía alguna información de Plato, y tras saludarse le escuchó decir: “Ombe Pacho Rada, voy a darle unas nuevas que allá en su tierra lo hacen a usté’ muerto”.

‘Pacho’ abandonó la sonrisa con la que saludó al informante, en su cara se dibujó una expresión de sorpresa, miró al suelo y levantado la cabeza le preguntó: “¿Por qué?”. Este le respondió: “Usté’ y que se murió y que los ricos lo habían enterrao, porque usté’ y que se volvió loco”.

Tras reír a carcajada dijo: “A yo me moriría sería jarto e’ ron porque eso es lo que hago aquí, bebé ron, porque ni me he enfermado yo aquí en San Jacinto desde que estoy aquí”.  

Esas noticias lo llevaron a componer el son ‘Noticias malas’, que en uno de sus versos dice: “Noticias buenas, noticias malas, trajo el correo a la población, vino diciendo que ‘Pacho’ Rada, ya se murió alcoholizado de ron”.

Por Álvaro Rojano Osorio

Categories: El Vallenato
Periodista: