Comenzaron a definirse los nombres de los candidatos que tendrán alguna opción de ganar las elecciones a gobernaciones y alcaldías, el próximo 25 de octubre en la Región Caribe.
En el Cesar, algunos caciques tuvieron que recurrir a varias volteretas – al estilo Roy Barreras- para cuadrar a varios clanes familiares en la foto, de tal manera que nadie se quedara por fuera de la repartición de la torta del poder político y económico del departamento. La primera jugada fue convencer a la familia Gnecco (del actual Gobernador) para que cediera el poder a alguien que no fuera de su misma cuadra. Al día siguiente, Franco Ovalle, (brazo derecho del vicepresidente Germán Vargas Lleras), dejó de ser el candidato a la alcaldía de Valledupar por Cambio Radical y pasó a ser el candidato a la Gobernación del Cesar por el partido de la U. Nadie se explica como lo lograron. Habrá que preguntárselo a Vargas.
La misma alianza política, cuadró esta semana, la torta para la alcaldía de Valledupar. Tuto Uhía, un líder nato que ha hecho su carrera política a pulso, terminó cambiando el aval del pueblo por un aval bipartidista que se compartieron Cambio Radical y los conservador. Grave error. Ahora le dicen, “El tres, en uno”.
En ambos casos, se puede estar cometiendo el pecado de la doble militancia política. La ley prohíbe que una persona vinculada con un partido o movimiento político, acepte ser nominado a nombre de otro sector político. Estas prácticas se castigan con la destitución del cargo o la perdida de investidura. El mayor riesgo lo están corriendo con el propio electorado. En Valledupar, la gente vota por convicción y cuando un candidato se presta para este tipo de componendas políticas, por lo general termina derrotado.
En el otro lado de la contienda, están dos candidatos de mucha trayectoria política y con una mayor experiencia en la gestión pública. Arturo Calderón, candidato del Partido Liberal a la Gobernación del Cesar, arranca su campaña con un taxímetro de 112.000 votos que obtuvo en las elecciones pasadas. Calderón es un abogado con una trayectoria profesional exitosa y con buen carisma y aceptación.
Por su parte, Sergio Araujo Castro, -gran líder de reconocimiento nacional-, es la carta que se juega el Centro Democrático en una ciudad donde el expresidente Álvaro Uribe, tiene todo el respaldo y admiración de la mayoría de sus habitantes. Sergio Araujo, es inteligente, visionario y con muy buenas relaciones en el poder central. Independientemente de la resistencia que tiene en algunos círculos políticos y sociales de la ciudad y en el país, es un contrincante de grandes ligas para la alcaldía de Valledupar.
No será una contienda electoral fácil. Los cuatro aspirantes de los dos bandos, son profesionales con visión empresarial y sin tacha alguna. Falta conocer sus programas de gobierno, donde seguramente encontraremos un abanico de propuestas que permitirán encontrar soluciones al caos de movilidad e inseguridad que vive Valledupar.
En los 24 municipios restantes del departamento, los cesarenses están exigiendo un gobernador que impulse la agroindustria y monte una red de escuelas de emprendimiento empresarial y rural que brinde capacitación gratuita en carreras técnicas (2 años) a los miles de bachilleres que no tienen los recursos para pagar una carrera universitaria.
Este es el panorama político en el Cesar.
Twitter: @indadangond