A propósito de la polémica surgida a raíz de la ‘tiradera’ entre los cantantes de reguetón Residente y J. Balvin, es preciso decir, que Emilianito Zuleta y Lorenzo Morales también fueron protagonistas de una disputa que muy seguramente hubiese sido tendencia.
Una de las contiendas más sonadas y reconocidas del folclor vallenato se dio entre él compositor y acordeonero, quienes a punta de versos improvisados inmortalizaron un gran enfrentamiento.
La historia del duelo, inició en la década de los 40 cuando Zuleta se dispuso a viajar desde el sur de La Guajira hacia Valledupar con el fin de comprar un acordeón.
En el camino, afirma el periodista Luis Mendoza Sierra en el libro ‘La Gota Fría’, el juglar vallenato se vio obligado a pasar por el caserío de Guacoche en donde escuchó el sonido de un acordeón.
Ahí mismo, al escuchar el acordeón de Lorenzo, -preguntó Emiliano: “¿quién es ese músico?” a lo que le respondieron: “Lorenzo Morales”. Seguidamente a eso manifestó: “toca bien, yo sé tocar también, consiganme el acordeón, que no los voy a defraudar”.
Morales le prestó el instrumento a Zuleta y este de manera magistral respondió como un gran juglar del acordeón. Sutilmente entonces, el instrumento se convirtió en el florero de Llorente que detonó una disputa entre los dos.
Al regresar a La Jagua, en medio de una parranda, Zuleta compuso los primeros versos de ‘La Gota Fría’; un vallenato que se convirtió en un clásico de la piqueria.
Moralito por su parte, contestó con desdén con un tema que compuso y título ‘La Carta’, sin embargo no fue tan reconocido.
La piqueria como fue conocida en ese entonces, ocupó un lugar especial en las parrandas y canciones que terminaron siendo una tradición cultural de la región.
“La piquería como era conocida es un enfrentamiento entre dos o más personas donde cada quien se defiende con su talento y atributos de la otra persona”, expresó José Félix Ariza ‘Rey de Reyes’ de la piqueria en el Festival.
SE POPULARIZÓ
Los inicios del vallenato trajeron consigo un enfrentamiento entre verseadores y acordeoneros que popularizaron rápidamente los desafíos entre uno o varios contrincantes.
“Con el acordeón la piqueria creció mucho, se engrandeció a tal punto que la competencia se hizo en razón de calidad de ejecutor de cada uno, y todos se consideraban el mejor y pretendían demostrarle al otro que eran superiores”, manifestó Tomás Darío Gutiérrez historiador y escritor colombiano.
Seguidamente se popularizó aún más cuando en grabaciones de acetato se hizo la piqueria comercial.
En el año 1979, el Festival de la Leyenda Vallenata decide rescatar esta tradición y la incluye como categoría entre la fiesta más grande de los acordeones.
“Esa categoría aunque se incluye algunos años después de haber iniciado el Festival, fue muy acertado porque esa era otra de nuestras tradiciones musicales”, expresó Gutiérrez.
Posteriormente en el Festival vallenato empiezan a surgir los ‘reyes de la piqueria’ quienes magnificaron el evento al son de piques y versos a escenarios nacionales.
“Como todo tiene su evolución, hay unos quienes dicen que las piquerias de antes podían ser más originales y espontáneas, pero hoy en día hay muchachos más ilustrados que han ido a un colegio, una universidad, entonces hay un mejor léxico, un mejor trato verbal y se puede apreciar muy bonita piqueria, sin desconocer los pilares y esa autenticidad de antes”, manifestó Ariza.
Sobre el origen de la piqueria muchos aseguran que fue iniciado con Francisco el Hombre cuando se enfrentó al diablo en una disputa en la que fue vencedor. Mientras tanto otros manifiestan que fue el viejo Emiliano quien la introdujo en la cultura de la región.
Por Melissa Valle
Melissavalleperiodista@gmail.com