En una colina muy lejana vivía un conejo aventurero que quería conocer un bosque encantando, pero sus amigos le decían que ere muy pequeño para su aventura. Una mañana muy temprano el decidió ir en busca del bosque encantado, en el camino encontró un ratón explorador con quien compartió pan y agua, luego de hablar un poco decidieron viajar juntos.
En su recorrido conocieron muchos amigos que los guiaron al bosque; al llegar encontraron un lago cerca donde tomaron agua y descansaron un poco. Allí decidieron pasar la noche junto a una fogata que ellos mismos improvisaron.
A la mañana siguiente se despertaron y fueron a explorar el bosque encantado, caminando por hermosos lugares, de repente sintieron que algo los estaba mirando, pero no presentían que era, entre las montañas salió un águila enorme que los siguió hasta atraparlos con sus garras y volar con ellos hasta la cima de una montaña donde se encontraba un nido con huevos gigantes, los dejó allí y el ratón gritaba asustado pidiendo ayuda, iban a ser comida para los nacientes polluelos. El conejo le dijo que se tranquilizara, y que tenían que pensar cómo salir de allí.
Al lado del nido encontraron unos bejucos y decidieron atarlos para hacer una cuerda y así bajar a la montaña, pero la cuerda que elaboraron era muy corta, de repente pasó un pájaro gigante que inmediatamente les brindó ayuda entonces ataron la cuerda a la cabeza del pájaro quien los llevó a la colina donde vivía el conejo. Allí se reunieron con sus amigos y les contaron su pequeña aventura donde vieron muy de cerca la muerte. De ahí en adelante el conejo y el ratón decidieron vivir juntos en la colina para compartir otras aventuras.
Por: Maithe Carolina Guerrero Rua – Instutición Educativa Bello Horizonte