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En La Peña realizaron homenaje al compositor Adrián Villamizar

Adrián Villamizar con sus grandes e inolvidables amigos

Adrián Villamizar nació en Argentina. Desde muy niño llegó a Colombia con sus padres radicándose en San Juan del Cesar, La Guajira, donde conoció a Florentino Mendoza con quien estableció una gran amistad, compartiendo el gusto por la cacería.

Adrián, como todo niño inquieto por explorar su medio, estableció también relación amistosa con Mendoza quien era acordeonero. En esa época cuando la televisión era todo un espectáculo y sobre todo los niños buscaban la manera de entretenerse con esa pantalla mágica que les proporcionaba mucho entretenimiento, Villamizar se quedaba sentado en la puerta de en casa de Florentino escuchando historias de acordeoneros; le hablaba de Francisco el Hombre, ‘Nandito el Cubano’. Estas experiencias se convirtieron en la base para que Adrián descubriera y despertara el interés por conocer, investigar y rendir homenaje perpetuo a los creadores del folclor vallenato.

La amistad de Adrián con Florentino, al pasar del tiempo se fortaleció y se hicieron compadres a pesar de la diferencia de edad; en ese entonces Adrián tenía 12 años y Florentino 60.

Cuando creció, Adrián se fue a estudiar y duró 10 años sin regresar, al volver recorrió el pueblo y recordó una acto que hizo su mamá Lina cuando él, era tan solo un niño. Fue a la orilla del río San Francisco, con un cuchillo plasmó las primeras letras del nombre de ella y en esa visita alcanzó a ver dos letras que tenía un árbol de ceiba: en conclusión como decía la profesora Fénix “el que viene aquí queda empeñado, porque uno viene a La Peña y se empeña, así como el árbol se enamora, con La Peña se empeña y así se van a ir muchísimos”.

En ese recorrido un provinciano de ese tierra se le acercó Adrián, comentándole que había un festival y le propuso que hiciera una canción para que concursara, él respondió que no podía escribir hasta que no pagarle todo lo que le debía a los peñeros, y su deuda la saldó sin duda alguna con la canción ‘La ruta del recuentro’, la letra es una descripción de esa maravillosa tierra, y al año siguiente declararon esa obra himno del Festival de la Patilla en La Peña. La celebración ya tiene 30 años, para esa provincia Adrián es un hijo adoptivo y para la fiesta de los 30 años, lo llamaron porque querían rendirle un homenaje, y él dijo que sí, sin pensarlo.

Faltando una semana para la esperada llegada de este querido personaje, empezó a escucharse en todas las esquinas del pueblo la canción “La ruta del reencuentro’, que no solo es un himno, es su canción favorita, se entona en todas partes y todo el tiempo, pareciera que fuera el pan de cada día, no se cansan de escucharla.

El sábado 1 de Julio, cuando llegó lo recibieron con una caravana de motocicletas y carros en el municipio de San Juan del Cesar, recorrido que llegó hasta La Peña un vehículo pintado con el nombre ‘el Ángel Bohemio’ como famosamente lo llaman por su canción; la caravana entró al corregimiento de La Peña y se estacionó en la plaza principal, que al frente está situada la antigua casa de su referente Florentino, en el patio de esa casa se realizó un conversatorio con los amigos más cercano de Adrián quienes recordaron viejas e imborrables historia, anécdotas que vivieron en la época de la juventud.

Donde fueron sacando una cantidad de historia y Adrián explicó porque compuso ‘La ruta del encuentro’ que describe la historia del pueblo que lo quiere y él quiere, en ese nostálgico e histórico espacio estuvo acompañado su familia, sus amigos que llegaron desde Barranquilla y varias personalidades representativa de la región y del folclor de la música vallenata.

Cuando oscureció llegó la noche y comenzó el homenaje en la tarima ‘Claudio Mendoza’, donde declararon oficialmente a Adrián hijo adoptivo de La Peña. Entre las familias más traiciónales de esa tierra como los Mendoza, los Cataño, le hicieron un decreto en el que lo declaraban miembro de la familia, entregándole un cuadro con la pintura del afiche oficial del festival. Su canción fue el himno del festival y él lo tocó con la armónica como nunca antes lo había hecho, convirtiendo un escenario emociónate y difícil de describir, toda la plaza estaba catándola, Adrián quedaba en silencio y la gente seguía cantando con mucha alegría, algunas lloraron de la emoción, era como tener a su hijo favorito entre ellos.

En el evento estuvo Marciano Martínez que fue jurado del concurso de piquería, oriundo de La Junta, Guajira, corregimiento vecino de La Peña , este le había pedido un gran favor a Adrián Villamizar antes de que este subiera a la tarima. Cuando Villamizar subió a tarima expresó “maestro le voy a cantar la canción que me pidió, aunque yo sé que tengo canciones que son muy populares , pero no son más importantes que las suyas, y las canciones suyas son más importantes que la del todo esos que se creen importante“, dijo con el micrófono en la mano, con un semblante de orgullo empezó a entonar con mucho sentimiento la canción “Ciegos nosotros” con la que ganó en el 2011 en el Festival de la Leyenda Vallenata.

Las horas avanzaban y el pueblo congregado alrededor de Adrián como costumbre de todos los pueblos, todos se conocen, cuando seguía y la madrugaba se asomaba algunos se acostaron, se repartieron entre las casas, durmieron en hamacas, colchonetas, algunos no durmieron y siguieron de largo, otros lo hicieron pocas horas, cuando se levantaron cocinaron en la casa de ‘Kike’ Mendoza, hijo de Florentino Mendoza, hermano oficial de Adrián, sin duda alguna fueron unas de esas festividades que se gozan de comienzo a fin.

El Festival de la Patilla fue en homenaje a Adrián Villamizar.

Por: Isabel Cristina Pérez

 

Categories: Cultura
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