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La pelea por Fedescesar (II)

La financiación condonable creada en la Ordenanza 080 del 2013, tiene como propósito generar condiciones que permitan a estudiantes que cumplan con algunos requisitos acceder a instituciones de educación superior, esto con fundamento en que la educación pública debe ser garantizada a la población vulnerable, teniendo en cuenta que siempre ha sido un propósito del Estado la gratuidad en la educación; sin embargo, al ser un postulado que por diversas circunstancias no se ha podido lograr se acude a figuras con las que se pueda disminuir el costo de matrícula al mayor número de estudiantes posible.

Respecto a lo contemplado en la ordenanza 080 del 2013, vale la pena decir que requiere desde ya una seria reforma por cuanto cada año se repite el mismo espectáculo de estudiantes, a pesar de acreditar los requisitos para acceder a la financiación condonable, terminan excluidos del mismo, eso porque como lo expuse en la primera parte de esta columna, el rango de la nota que se le exige al estudiante es de 3.7, un promedio muy bajo para beneficios de esta naturaleza, lo otro es que si se busca crear las bases para una educación gratuita en las universidades públicas en el Cesar, se requiere de una profunda reforma que incluya a todos los estudiantes y no a unos pocos.

El acceso a la educación superior no debe depender de aspectos externos a la institución, no debe estar sujeta al cambio de gobierno o a la suscripción de convenios, debe ser una política de estado con vocación de permanencia, sostenible presupuestalmente, alejada de caprichos e intereses politiqueros y naturalmente que a mejor desempeño de los estudiantes, mejores estímulo para que continúe en su proceso de formación, pero que no se limite a una “financiación condonable”, que pueda acceder a becas en posgrados, financiación de proyectos de investigación, movilidad internacional en las mejores universidades del planeta, pasantías en prestigiosas instituciones o agencias del mundo, pero no quedarnos únicamente convirtiendo a los estudiantes en limosneros de la educación, ellos están para mejores cosas; lastimosamente estos no son el tipo debates ni de propuestas de las que se apropian en escenarios como Asamblea, Concejo o Congreso de la República; es por ello, que para estas elecciones los estudiantes también tienen un gran reto, votar por aquellos que propongan cambio significativos en los procesos de ingresos y permanencia en las universidades públicas, propender por universidades bien dotadas y luchar por expulsar la politiquería que actuablemente las domina, en pocas palabras mirar con lupa la Ley 30 de 1992.

Así como están las cosas, otorgar el beneficio de la ordenanza 080 del 2013 a una inmensa población estudiantil en el Cesar es muy difícil y siempre que se mantengan las disposiciones de esa norma se presentará el mismo problema cada año, porque los recursos que el departamento destina para Fedescesar son insuficientes para el número de estudiantes, sumado al hecho de que no se cuenta con el apoyo del sector privado para colaborar con el sueño de muchos jóvenes de estudiar una profesión.

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Carlos Andrés Añez Maestre: