La paz no se logrará solamente por una ley, tratados o acuerdo con los grupos insurgentes, cualquiera que sea y con el nombre que tenga. Primero habría que analizar a fondo el por qué se crearon esos grupos, las razones y buscar la solución definitiva para que la sintomatología de esta enfermedad netamente social, no vuelva a aparecer y erradicar definitivamente este letal problema.
Experiencias pasadas nos dejaron enseñanzas muy claras: se “cerró” una puerta negra llena de oscuros conflictos y se abrieron otras con colores diferentes pero con la misma finalidad. En el narcotráfico por ejemplo extraditan a un capo y es reemplazado inmediatamente, capturan al cabecilla de una Bacrim y sucede lo mismo, esa paz solo se lograría aminorando la pobreza porque acabarla es imposible.
Seamos sinceros. Si se da ese acuerdo con las Farc, que es muy posible que se haga, yo preguntaría: ¿Al día siguiente de la firma en La Habana, ya las Bacrim no delinquirán más? ¿Se acabarían los hacinamientos en las cárceles? ¿Los violadores de menores, ya no sentirán más ganas de seguir con sus desviados comportamientos? ¿Los corruptos devolverán los dineros adquiridos ilegalmente? ¿Los que no tienen trabajo lo tendrán? ¿Los que delinquen por necesidad ya no tendrían razón de hacerlo? ¿Los hospitales tendrían la capacidad para atender a cualquier colombiano ese siguiente día? ¿Los campesinos vivirán con seguridad, con créditos agrarios inmediatamente, el día siguiente? ¿Los pandilleros de barrios acogerán la firma de ese tratado? ¿El tráfico y prostitución de menores se detendrá? ¿Los otros grupos al margen de la ley que quedan cambiarán su mentalidad inmediatamente? ¿En La Guajira se acabará el hambre y la sed? ¿Los narcotraficantes dejarán su lucrativo “negocio”? o ¿cuánto tiempo habría que esperar?
Estos pocos ejemplos son generadores de violencia y hacen que la paz no se logre de inmediato, entonces el gran deseo de los colombianos no se dará hasta que estos fenómenos sociales no se erradiquen totalmente, esto será casi imposible mientras no se tomen medidas sobre el acelerado crecimiento poblacional sin ningún tipo de control, que también genera pobreza y miseria.
Por Julio Rojas Buendía