A diferencia del pacto que hizo el presidente-candidato Juan Manuel Santos con los mermelados congresista conservadores –que escogieron el dinero por encima del poder y por eso nadie los respeta-, el acuerdo programático del candidato Oscar Iván Zuluaga con la doctora Marta Lucia Ramírez -nueva líder del Partido Conservador-, tiene un profundo significado para la paz de Colombia.
El pacto del candidato-presidente Juan Manuel Santos con estos traficantes de la política se centra supuestamente (como en las pasadas elecciones al Congreso), en mas cupos indicativos para contratos de vías terciarias e infraestructura en sus departamentos y mantenerles el manejo de la contratación en el ICA ($180.000 millones), Incoder ($460.000 millones) y Banco Agrario (980.000 millones) a cambio que le doblen la votación en segunda vuelta. Ya veremos nuevamente la descarada compra de votos por parte de los mochileros. El verdadero concierto para delinquir que la Contralora Sandra Morelli y el Registrador Carlos Ariel Sánchez no han querido investigar a fondo.
Contrario a lo anterior, el acuerdo programático del doctor Zuluaga con el ala honesta del Partido Conservador representada por doctora Marta Lucia Ramírez y sus dos millones de votantes, se concentró en unos compromisos muy serios con el proceso de paz que se desarrolla en la Habana con la guerrilla de las FARC, una política de Estado para mejorar la calidad de la educación de nuestros jóvenes, un revolcón en la política agraria del país para sacar de la ineficiencia y volver rentable el negocio de mas de 3 millones de campesinos y quitarle a las cuadrillas de políticos corruptos y a sus testaferros, las herramientas para impedir que se sigan robando los dineros públicos del Estado.
Pero la gran noticia de este acuerdo, es el compromiso que el candidato Zuluaga ha adquirido en el sentido de darle continuidad a los diálogos con las Farc en la Habana por un tiempo perentorio, mientras evalúa los puntos acordados a la fecha, los cuales hará público. No a escondidas como lo ha venido haciendo el Presidente Santos.
Otro punto importante del acuerdo, es que a partir del 7 de agosto, el presidente Zuluaga les impondrá a las Farc, como requisito para continuar los diálogos, la suspensión inmediata de los atentados contra la población civil y la infraestructura, el secuestro, los crímenes de guerra y el reclutamiento de niños, entreguen los mapas de los campos minados alrededor de sus cultivos de coca y acuerden un termino de duración de la negociación. En los dos años que llevan negociando este proceso de paz en la Habana, nada de esto se ha cumplido y por eso en todas las encuestas el 70% de los colombianos, no creen en esta farsa que han montado el presidente Santos y los negociadores de las FARC para mantenerse en el poder. Ese discurso politiquero de que la paz o la guerra, está mas trasnochado que músico en carnaval.
Como pueden darse cuenta a la propuesta de Paz del candidato Zuluaga le sobra, lo que le ha faltado a los diálogos del presidente Santos. Compromiso, carácter y determinación. En este acuerdo no caben las ambigüedades.
No se equivocó el mas influyente de los periodistas colombianos, Julio Sánchez Cristo, al afirmar en un Twit que “Zuluaga también quiere la paz, pero sus reglas de juego serán distintas…” Y eso es lo que queremos los 47 millones de colombianos a partir del próximo 7 de agosto.