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‘La patria sigue siendo boba’

Las cifras finales de las elecciones del domingo anterior, para elegir presidente de Colombia, dejan varias lecturas y no deberían pasar desapercibidas para la dirigencia del país y mucho menos para los colombianos.

Ya, en una columna anterior, me había referido al pecaminoso tema de las alianzas políticas entre los mismos, como ha pasado en el país desde el maquiavélico acuerdo político (1958) de liberales (Alberto Lleras) y conservadores (Laureano Gómez) quienes ingeniosamente llamaron Frente Nacional, para alternarse el poder cada cuatro años, entre ellos.

Fue un pacto de exclusión que, duró 16 años. Simplemente el voto estaba condicionado a que los lideres liberales y conservadores dijeran por quién había que votar, aunque se odiaran a muerte.

El último presidente de ese sarcástico acuerdo fue el conservador Misael Pastrana (hasta 1974), quien ganó las elecciones con una vil maniobra delictiva orquestada por las fuerzas del Estado, siendo presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970). Aunque la justicia nunca lo probó, el país sabe que le “robaron” las elecciones al General Gustavo Rojas Pinilla.

Igual que en el Frente Nacional, el domingo 17 también se unieron los mismos: Cambio Radical y la U del oficialismo se lavaron las manos como Pilatos y se juntaron con la oposición “Centro Democrático” y los conservadores. Dos semanas después el presidente electo en su primer discurso no mencionó a esos “aliados”, dando a entender que no es con ellos con quien va a gobernar, es excluyente.
Incluso, saben que Santos es pasado y le tienen “ganas” a su administración para sacarle todo lo perverso que hizo contra ellos en sus dos gobiernos.

Lo otro es que revive la “cuerda” de Uribe, quien seguramente el próximo 7 de agosto no saludará a Santos y por el contrario le podría decir al oído, en señal de venganza: ‘por marica y faltón meteremos preso a tus ministros y a ti’.

Un último análisis, es que el gobierno canta victoria por un ligero bajón de la abstención electoral, que equivale a un 6 % o tal vez menos. Pero la abstención debe preocupar, aunque sea una manifestación de la democracia (Cotes, 2016). Lo concreto es que esa disminución de la abstención se fortaleció con la inclusión política de Gustavo Petro y su movimiento Colombia Humana.

La razón es que Petro caminó, buscó y le arrancó los votos a la abstención y fue impulsor de una dinámica política pertinaz en la plaza pública, que probablemente equivale a que los partidos tradicionales han perdido la fortaleza, pero se mantienen en el poder, por la fuerza conservadora que se acomoda. Mientras que en la sombra está funcionando un similar frente nacional que mantienen Uribe, Santos, Vargas Lleras, Gaviria y Pastrana. Hasta la próxima semana.

tiochiro@hotmail.com @tiochiro.

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