X

La paradoja del agua en La Guajira, entre inundaciones y sequías extremas

La Presa El Cercado del río Ranchería en el departamento de La Guajira se encuentra en su 100,37%. Foto: Agencia de Desarrollo Rural.

Desde hace una semana en distintos medios nacionales se ha mencionado el desbordamiento de la Represa El Cercado debido a la ola invernal que vive el departamento de La Guajira. Con una capacidad de embalse de 192 millones de metros cúbicos, su principal función es el control de inundaciones y la regulación del flujo del río Ranchería y sus afluentes. Sin embargo, la reciente temporada de lluvias ha puesto a prueba su capacidad y ha generado preocupaciones sobre su manejo y mantenimiento.

José Ramón Molina, presidente de Asoranchería desde hace 25 años, cuenta la situación actual de la presa: “La gente mira la represa como un problema, pero no ven que fue una solución al control de inundaciones aguas abajo. Si la represa no existiera, ya se hubiera inundado Riohacha y Manaure desde el primer aguacero que cayó en las montañas de la Sierra Nevada, todas esas aguas van directamente hacia la cuenca baja del río, mientras que aquí (en la presa) se está haciendo un control de inundación”.

Proyecto de la presa El Cercado

La represa del río Ranchería fue concebida como parte de un proyecto multipropósito que no solo busca generar energía, sino también proporcionar agua a varios municipios de La Guajira, incluyendo San Juan del Cesar, Distracción, Fonseca, Barrancas, Hato Nuevo, Albania, Maicao, Manaure y Uribia. Además, tenía como objetivo ampliar la frontera agrícola de la región. 

Sin embargo, un fallo por acción popular emitido por la Contraloría en 2023 ordenó a las autoridades competentes ejecutar las gestiones necesarias para culminar el proyecto. Este fallo se refiere a la “Hoja de Ruta para la Terminación del Proyecto Estratégico de Adecuación de Tierras de Gran Escala del Río Ranchería”, elaborada por la Agencia de Desarrollo Rural. El documento establece que se debe finalizar el proyecto para alcanzar los propósitos planteados desde hace más de 15 años.

José Ramón Molina, presidente de Asoranchería desde hace 25 años, sobre la situación actual de la Presa El Cercado. Foto: Cortesía.

A pesar de su importancia, la presa aún no logra satisfacer todas las necesidades para las que fue diseñada originalmente. Según Molina, actualmente hay falta de personal: “El proyecto en la Presa en estos momentos necesita que se le contrate, como estaba anteriormente, personal para el manejo de la operación, administración y mantenimiento. Se le debe contratar a una empresa que se encargue de estos tres servicios porque en estos momentos el gobierno ha reducido los empleados que están allí para atender la operación y mantenimiento”. Esta reducción ha tenido consecuencias graves; en mayo, “se presentó un problema cuando se cerró una válvula durante la noche, lo que provocó que el río se secara y generara una mortandad significativa de peces y otras dificultades para la fauna local”, explicó el presidente de Asoranchería.

Molina enfatiza que “la presa necesita que haya un operador las 24 horas del día que esté pendiente de su mantenimiento y operación”. Actualmente, el gobierno tiene suspendida esta operación y no hay claridad sobre las razones detrás de esta decisión. “No sabemos por qué causa”, señala Molina. “Ahorita mismo no tienen un operador 24 horas en la presa y el personal es muy escaso para atender un proyecto tan importante”. Con solo seis personas encargadas del mantenimiento y operación, se vuelve evidente que el sistema necesita más recursos humanos capacitados: “Esto amerita que se tenga un personal calificado para la operación y mantenimiento”.

Impacto de la temporada de lluvias y huracanes en La Guajira

Según la Oficina de Gestión del Riesgo del departamento de La Guajira, más de 100 familias han sido damnificadas, y se reporta la pérdida de más de 30 chivos ahogados debido a las inundaciones. Además, se han visto afectadas 14 puestos de salud, instituciones educativas y cuatro acueductos. En este contexto, José Molina, “regulando las entradas de agua que son superiores al año a la salida en su momento es decir, en cualquier momento puede venir una avenida de agua de 50 metros y sin embargo, el río está desembocando alrededor de 25 o 30 metros de agua”, afirma. Esto ha llevado a una gestión urgente de los excedentes para evitar mayores desastres.

En respuesta a esta crisis, se están entregando ayudas humanitarias a las familias afectadas. La Armada Nacional ha destinado un buque con alimentos, medicamentos y productos de aseo para las comunidades indígenas de la Alta Guajira. Sin embargo, la situación sigue siendo preocupante. Según el último reporte técnico del 17 de noviembre, el embalse se encuentra al 100,37 % de su capacidad de llenado, lo que genera alarma sobre cómo se están manejando los excedentes. En las últimas ocho horas, el caudal de entrada al embalse fue de 25,65 m³/s, mientras que el caudal de descarga alcanzó los 27,84 m³/s.

Molina explica: “la ola invernal actual ha sido especialmente intensa en La Guajira, con lluvias que han saturado la cuenca del río Ranchería”. Este fenómeno ha generado un aumento significativo en el caudal del río, afectando a los municipios ribereños. “Sobre la Sierra Nevada de Santa Marta hasta el municipio de Riohacha hay una infinidad de afluentes que desembocan en el cauce del río; en general, son arroyos y quebradas que van desde chorreras hasta el municipio de Riohacha, y desde la Serranía del Perijá, el río Cañaverales hasta el municipio de Albania”, detalla el presidente de Asoranchería. Esta situación ha resultado en una cantidad inusual de agua que está llegando a la presa, especialmente durante la temporada de lluvias y huracanes que ha azotado la región, particularmente en las partes altas de la Sierra Nevada y de la Serranía del Perijá.

Molina recuerda las similitudes con las olas invernales de 2010 y 2011. “Es fundamental buscar formas de almacenar agua para evitar inundaciones en épocas de invierno y garantizar suministro durante las sequías”, sugiere Molina, que el gobierno debe considerar soluciones a largo plazo para mitigar estos problemas recurrentes.

Soluciones de fondo para el problema del agua en La Guajira

Molina propone soluciones a largo plazo que incluyen la creación de reservorios adicionales. Sugiere: “Yo creo que es una propuesta que se le podría hacer al tema minero, a la minería en El Cerrejón y que se puedan reutilizar estos socavones que allí están después de la extracción del carbón para que podamos tener agua para regar, yo diría más de 15.000-20.000 hectáreas en el en la planicie entre Maicao y Riohacha, para asegurarle agua a estos municipios para el consumo humano. Yo pienso que eso podría ser, porque nos hace dos beneficios: uno como guardar el agua para las épocas de verano, y dos nos serviría de control de inundación en las épocas de mucho invierno”.

El contexto actual de la Presa El Cercado y el impacto de la ola invernal deja al descubierto la necesidad de una gestión eficiente del proyecto hidroeléctrico tal como se planteó hace 15 años. La colaboración entre el gobierno local, nacional y entidades mineras puede ser clave para encontrar soluciones efectivas que beneficien a toda la región. Molina concluye e insiste: “La presa no solo es un problema; es una solución al control de inundaciones aguas abajo”.

Leer: Creciente del río Guatapurí destruye negocios y bañistas desafían la naturaleza

Por: Katlin Navarro/ EL PILÓN

Periodista: