Esta semana el mismo Nicolás Maduro reconoció que su modelo económico fracasó, no es un secreto que la Revolución Bolivariana vive sus peores días, hay problemas de todo tipo en Venezuela, pero el principal cáncer de su economía es la inflación desbordada y sin freno que tiene al país literalmente parado; ninguna medida funciona, antes fue el Petro, después le quito 3 ceros al Bolívar, ahora se inventaron otra estrategia para mantener a la gente ilusionada: la recuperación económica en 2 años y el tal censo automotor, que no es más que aumentar el precio de la gasolina y regular su entrega a través del Carnet de la Patria, otra maniobra para seguir en el poder, aunque Venezuela siga cayéndose a pedazos, cualquier aprendiz de economía sabe que tarde o temprano colapsará y que Maduro prefabrica un escenario bélico con Colombia para mantenerse en el poder e invocar el nacionalismo, lo que podría desencadenar un problema mayor, si intervienen otras potencias del planeta como Rusia, la que más le da oxígeno al régimen chavista.
Lo preocupante es que desde Colombia se le está alimentando esa idea con declaraciones como las del Presidente Santos, quien a pocos días de entregar su mandato enciende el polvorín diciendo que el fin de Maduro está cerca o la del expresidente Uribe, que afirmó, ante varios empresarios en su finca, que los militares venezolanos deben derrocar a Maduro; así le ayudan al dictador venezolano a reforzar su tesis, de que “desde este lado de la frontera se está gestando un plan en su contra“ y la aprovechará hasta llevarla a sus últimas consecuencias, ojalá no sea la guerra.
El atentado del sábado en una parada militar, que no ha sido aclarado, lo confirma, a los pocos minutos del incidente salió a culpar a Juan Manuel Santos de sus desgracias, pretende ocultar que hay fuerzas internas financiadas, no se sabe por quién, buscando un cambio a través de la violencia y crear un ambiente de guerra interna en Venezuela, la olla a presión sigue pitando y con el fuego encendido, está a punto de estallar, esperemos que no en las narices del Presidente Duque, a quien le tocará enfrentar el reto más importante de su gobierno que inicia por las constantes provocaciones desde Caracas; ahora el culpable no será Santos, todo va a recaer sobre Uribe y si tenemos en cuenta sus históricos enfrentamientos con el Chavismo y sus reacciones, es fácil deducir que lo que viene no será sencillo, el éxodo no se detiene, las cifras oficiales ya se acercan a 1 millón de venezolanos en Colombia, las no oficiales hablan de 1,5 millones, esto complica aún más la situación. ¿Que pasará? Nadie sabe, lo que sí está claro, es que las relaciones entre dos países hermanos parecen haber llegado a un punto límite en el que el más mínimo detalle puede incidir.
Por: Jacobo Solano @JACOBOSOLANOC